16 de mayo de 2011

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Francia
Francia no acaba en París. Además de la tercera ciudad más visitada del mundo, el país atesora un sinfín de riquezas paisajísticas y patrimoniales repartidas por todas sus regiones. Sus costas, las cordilleras de los Pirineos y de los Alpes, la campiña francesa y las ciudades repletas de cultura y tradición invitan a descubrir destinos aún desconocidos. Contraste de paisajes, deslumbrante riqueza cultural, pueblos pintorescos, macizos montañosos, lugares insólitos, tradiciones, artesanía, gastronomía… Francia tiene todos los ingredientes para constituirse en un destino turístico imprescindible y digno de ser visitado con detenimiento
 Lindando con los Pirineos tenemos tres regiones de un extraordinario interés: Midi Pyrénées, Aquitania y Languedoc Rosellón . En la primera de ellas, la mayor región de Francia, se puede descubrir la extraordinaria diversidad de sus paisajes naturales: desde los Pirineos hasta el valle del Dordoña, de Gascuña hasta los desfiladeros del Tarn. 
Paisaje, Paul Cesanne



 También al sur y bañada por el Mediterráneo, merece un buen recorrido la Provenza , donde se pueden descubrir los paisajes que entusiasmaron a Cézanne. Y junto a ella, la Costa Azul, una región mágica puesta en valor en el siglo XIX por la alta sociedad europea.
Al norte de Provenza se encuentra
Rhone-Alpes , una región marcada por las cumbres montañosas donde conviven las nieves, los lagos alpinos, los bosques espinosos y los caminos de senderismo. Si lo que buscamos es naturaleza en estado puro, Auverne será nuestro destino. Esculpido por una actividad volcánica de treinta millones de años, el paisaje auvernés está repleto de verdes montañas y gargantas salvajes. O quizás Limousin, la región del árbol y del agua, del aire libre y de las vacaciones en plena naturaleza, o Poitou-Charentes , con una magnífica costa y famosa por su turismo verde.
Castillo de Chenonceau sobre el río Loira
Para los soñadores, nada mejor que un viaje a la zona del Loira, tierras de castillos, de abadías, de iglesias románicas y de viñedos, bañada por el océano, ríos y canales. Y, como no, Borgoña, flamenca, borgoñona y luego española, tan repleta de villas ducales, castillos de tejados barnizados y pueblos encantadores. 
Menos conocida, pero no menos bella, es el Franco Condado, una región entre los Vosgos y el macizo de Jura, que invita al esquí los paseos en bicicleta por sus inmensos bosques y a los recorridos por ríos y manantiales. 
Bretaña, Mount Saint Michel
Otro destino impresionante es Bretaña . A tres horas de París, entramos en un mundo aparte. Comarca de marinos y de leyendas, sus calas, playas y puertos con casas de granito, seducen en el primer encuentro. Y más al norte, Normandía, célebre por el Mont Saint-Michel, y una promesa de placeres marinos, urbanos y campesinos, y Pas de Calais , acogedora y alegre y cada vez más orientada hacia el turismo.
Empezar por los orígenes

Nunca debería faltar una escapada a los orígenes de Francia, a Picardía . Esta región del norte, residencia de los francos, fue el origen del país. Salvaje en la bahía de Somme y en el parque de Marquenterre, Picardía se hace maravillosamente gótica a lo largo de las rutas de las catedrales (Amiens, Laon, Beauvais). Muy cerca, Champagne , la región de ese vino sinónimo de fiesta. 



 ¿Y por qué no Lorena ? La frontera con Bélgica, Luxemburgo y Alemania es fuente de arte y tierra de creadores: cristal de Baccarat, instrumentos músicos de cuerda… O la Alsacia, tan abierta al mundo como fiel a sus tradiciones. 

Cualquiera que sea la zona elegida, maravillosas ciudades, pueblos de ensueño y paisajes espectaculares invitarán a descubrir y redescubrir un país tan completo para visitar como cómodo para desplazarse.

Editado de Plusesmas.com  

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