16 de mayo de 2011

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La Iglesia del Carmen
y su historia

 - Por el P. Osvaldo Cambra

Al hablar sobre la historia de la Iglesia del Carmen tenemos que remontamos al lejano 1732, cuando Don Jacinto Manuel Hidalgo y Doña Eusebia Ciríaca de Varona obtuvieron del Cabildo el terreno necesario para edificar la men­cionada iglesia así como un convento para los Padres Carmelitas, quienes fi­nalmente no pudieron venir.

El convento fue luego ofrecido a los Padres Je­suitas para que lo convirtieran en un centro de enseñanza, pero éstos, al con­siderar inapropiado el lugar, no lo aceptaron, y el proyecto quedó paralizado en sus cimientos.

Luego de 79 años de sueños no logrados, en 1811 la Provi­dencia trae a predicar una Misión a Puerto Príncipe a Fray José de la Cruz Espí, más conocido por el Padre Valencia, sacerdote franciscano que trae sobre sus hombros las experiencias apostólicas de su trabajo en la Baja California, Nuevo Méjico, La Habana y Trinidad. Viene como predicador, pero su sen­sibilidad ante la miseria humana tocará su corazón de apóstol. En 1813, a pe­didos reiterados del Cabildo, el Padre Provincial designa definitivamente al Padre Valencia a la ciudad de Puerto Príncipe.

Pasarán varios años durante los cuales los vecinos verán caminar descalzo al P. Valencia por sus calles, pidiendo limosna para las obras por él empezadas, entre ellas el Lazareto de San Lázaro que, desde 1819, albergaba a los leprosos que de­ambulaban por nuestras calles.

En uno de sus escritos, de puño y letra, se puede leer: “Hoy, día 3 de noviembre de 1823, a Dios la gloria. se abrieron los cimientos a la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen “. El 17 del mismo mes añade otra singular nota donde refleja el espíritu de cooperación en tor­no a la edificación: “Ladrillos de las señoras... mil ps.  Gracias a Dios “. La prontitud en su construcción lo hace exultar de alabanzas al mes de comenzadas las obras cuando escribe: “Viva /a Virgen del Carmen. Llegó la cornisa hasta el 2do. Filete y la portada hasta la Ira. Media caña. Digitus" Dei est hic” (El dedo de Dios está aquí).

Ya a finales de 1825. están concluidas las obras de la Iglesia, y el 24 de diciembre del mismo año, víspera de la Navidad, se colocó en el altar la ima­gen de Nuestra Señora del Carmen, previa una procesión que salió a las cuatro de la tarde del convento de las Mercedes con gran regocijo del pue­blo”. “El 8 de julio, escribe, “se colocó el Santísimo en esta Iglesia, con gran gentío, sermones, y muchos comulgaron”. Y agregó: “Colocación con proce­sión del Santísimo Sacramento. Gran fiesta. Gran música. Muchos fuegos.”

Las obras del Padre Valencia: el Lazareto, la Hospedería de San Roque, el Puente de Las Jatas, el Hospital de Mujeres, el Monasterio de las Ursulinas y la Iglesia del Carmen, son testimonios vivos de su caridad a lo largo de dos siglos.

Esta bella Iglesia del Carmen que recién se ha reinaugurado, vio sufrir el desplome de su techo y el deterioro de sus paredes en la noche del domingo 11 de diciembre de 1966: Pasarían 36 años para que su restaura­ción fuera posible. ¡Cómo no pensar ahora en el desvelo de Mons. Adolfo, en la generosidad de muchos hermanos lejanos o cercanos en la distancia, y en el sudor de todos y cada uno de los obreros que realizaron la deseada restauración!

Hoy, a más de 180 años de colocados sus primeros ladrillos, la Iglesia del Carmen se levanta erguida y ornada, desafiando el tiempo, entre adoquines y fachadas coronadas con guardapolvos, bajo tejas criollas que guardan la memoria llena de sueños y desvelos, lágrimas y sonrisas que hacen realidad lo escrito proféticamente por el Padre Valencia: “El dedo de Dios está aquí”.

Boletín Diocesano No. 54, Diócesis de Camagüey

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