La Iglesia del Carmen
y su historia
- Por el P. Osvaldo Cambra
Al hablar sobre la historia de la Iglesia del Carmen tenemos que
remontamos al lejano 1732, cuando Don Jacinto Manuel Hidalgo y Doña Eusebia
Ciríaca de Varona obtuvieron del Cabildo el terreno necesario para edificar la
mencionada iglesia así como un convento para los Padres Carmelitas, quienes finalmente
no pudieron venir.
El convento fue luego ofrecido a los Padres Jesuitas para que lo
convirtieran en un centro de enseñanza, pero éstos, al considerar inapropiado
el lugar, no lo aceptaron, y el proyecto quedó paralizado en sus cimientos.
Luego de 79 años de sueños no logrados, en 1811 la Providencia trae a
predicar una Misión a Puerto Príncipe a Fray José de la Cruz Espí, más conocido
por el Padre Valencia, sacerdote franciscano que trae sobre sus hombros las
experiencias apostólicas de su trabajo en la Baja California, Nuevo Méjico, La
Habana y Trinidad. Viene como predicador, pero su sensibilidad ante la miseria
humana tocará su corazón de apóstol. En 1813, a pedidos reiterados del
Cabildo, el Padre Provincial designa definitivamente al Padre Valencia a la
ciudad de Puerto Príncipe.
Pasarán varios años durante los cuales los vecinos verán caminar
descalzo al P. Valencia por sus calles, pidiendo limosna para las obras por él
empezadas, entre ellas el Lazareto de San Lázaro que, desde 1819, albergaba a
los leprosos que deambulaban por nuestras calles.
En uno de sus escritos, de puño y letra, se puede leer: “Hoy, día 3 de noviembre de 1823, a Dios la
gloria. se abrieron los cimientos a la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen “.
El 17 del mismo mes añade otra singular nota donde refleja el espíritu de
cooperación en torno a la edificación: “Ladrillos
de las señoras... mil ps. Gracias a Dios
“. La prontitud en su construcción lo hace exultar de alabanzas al mes de
comenzadas las obras cuando escribe: “Viva
/a Virgen del Carmen. Llegó la cornisa hasta el 2do. Filete y la portada hasta
la Ira. Media caña. Digitus" Dei est hic” (El dedo de Dios está aquí).
Ya a finales de 1825. están
concluidas las obras de la Iglesia, y el
24 de diciembre del mismo año, víspera de la Navidad, se colocó en el altar la imagen de Nuestra Señora del Carmen,
previa una procesión que salió a las cuatro de la tarde del convento de las
Mercedes con gran regocijo del pueblo”. “El 8 de julio, escribe, “se colocó el Santísimo en esta Iglesia, con
gran gentío, sermones, y muchos comulgaron”. Y agregó: “Colocación con procesión del Santísimo Sacramento. Gran fiesta. Gran
música. Muchos fuegos.”
Las obras del Padre Valencia: el Lazareto, la Hospedería de San Roque,
el Puente de Las Jatas, el Hospital de Mujeres, el Monasterio de las Ursulinas
y la Iglesia del Carmen, son testimonios vivos de su caridad a lo largo de dos
siglos.
Esta bella Iglesia del Carmen que recién se ha reinaugurado, vio sufrir
el desplome de su techo y el deterioro de sus paredes en la noche del domingo
11 de diciembre de 1966: Pasarían 36 años para que su restauración fuera
posible. ¡Cómo no pensar ahora en el desvelo de Mons. Adolfo, en la generosidad
de muchos hermanos lejanos o cercanos en la distancia, y en el sudor de todos y
cada uno de los obreros que realizaron la deseada restauración!
Hoy, a más de 180 años de colocados sus primeros ladrillos, la Iglesia
del Carmen se levanta erguida y ornada, desafiando el tiempo, entre adoquines y
fachadas coronadas con guardapolvos, bajo tejas criollas que guardan la memoria
llena de sueños y desvelos, lágrimas y sonrisas que hacen realidad lo escrito
proféticamente por el Padre Valencia: “El
dedo de Dios está aquí”.
Boletín
Diocesano No. 54, Diócesis de Camagüey
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