Música: volver al vinilo
Pablo Alcalá
La industria discográfica
está entre la enhorabuena y el desconcierto. No en vano 2014 ha sido el año de la gran ruptura de tendencias. La primera
es de beneficios y ventas, los españoles gastaron 149,9 millones de euros en compra de música en todos sus soportes
(cd, vinilo y digital) cifra que, aunque lejos de las grandes cantidades
facturadas en los noventa, supone un repunte importante en del sector y marca
una tendencia insólita al alza.
La segunda deja perplejo al sector: seis de cada cien álbumes vendidos en el
mundo en 2014 son en vinilo. Las agujas de diamante y el surco han
vuelto a tener empleo cuando se daban por jubilados.
Claro que las macrocifras se notan menos a pie de calle. O eso
cuenta Jesús Álvarez,
propietario de Radio City en Madrid, que nos dice que «las ventas siguen siendo
las que eran» y aunque admite que la fiebre por el vinilo es cierta, «ha incrementado, exactamente, en la misma proporción que cae la venta de
cd».
El perfil de los clientes de Radio City es tan variado que es
imposible hacer un retrato robot de quienes han propiciado el repunte del viejo
formato. «Hay quien jamás ha dejado de comprar vinilos, hay quienes han
descubierto ahora el formato, pero también hay quienes toda la vida han
comprado vinilos y se han pasado
recientemente al CD, porque los viejos discos se comen mucho espacio»,
explica Jesús.
El relato cambia, y mucho,
hablando con Shakira Benavides, comerciante de Barcelona donde «nunca hemos
abandonado el vinilo» y donde, sin embargo, sí han notado el repunte en el viejo formato, acompañado de
una caída en las ventas de CD… es que un CD ha perdido todo valor… hoy la gente se
baja la música y se la graba en un CD en su ordenador».
En su tienda se pueden encontrar discos
nuevos, reediciones de viejos vinilos y obras de segunda mano, lo que a su vez
hace que el perfil del comprador vaya desde personas de «entre 30 y 40 años que han vuelto a los vinilos en que escucharon los
primeros discos de su vida» a «nuevos compradores», jóvenes que quieren
volver a tener esa sensación de tener algo verdaderamente valioso cuando
compran música.
Nuevos y reediciones se venden por igual en la
tienda barcelonesa. De los terceros, los de segunda mano, también hay mercado
«y no es necesariamente caro», dice Benavides, antes de ser preguntada por la más cara de las piezas en su tienda:«una
primera edición, por unos 1.500 euros», dice. «¿De quién?»: «Mejor que se pasen
por la tienda si quieren saberlo», responde.
El renacimiento del vinilo es ya una realidad,
ante los “pobres” cd, y la lenta evolución de la compra por descarga en la
red.
Tomado
de abc.es
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