10 de septiembre de 2015

Mons Dionisio García habla de la visita del Papa

 
Presidente a la Conferencia
de Obispos Católicos de Cuba
habla de la visita del Papa

Monseñor Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), concedió una entrevista a María C. López Campistrous para el portal iglesiacubana.net en la que evalúa la importancia de la próxima visita del papa Francisco a la isla.

Esta entrevista constituye una oportunidad única de conocer la perspectiva de la jerarquía católica cubana sobre esta visita histórica. A continuación, reproducimos la entrevista completa:

El papa Francisco vendrá a Cuba, fue la noticia que circuló en el mundo a finales del mes de abril. Sin lugar a dudas el anuncio causó asombro, 17 años y tres visitas de Papas a Cuba y muchos se cuestionaban por qué una Iglesia tan pequeña recibía esta gracia… ¿Cómo lo interpretaría usted?

Como un don de Dios. Es una gracia que tres papas hayan venido a ejercer su ministerio en Cuba, y a dejarnos su Magisterio, además un compromiso grande, como la paz que es a la vez don y tarea.

San Juan Pablo II vino como "Mensajero de la Verdad y la Esperanza", la verdad sobre Jesucristo y la esperanza en Él que nunca cae, que no defrauda como dice nuestra Carta Pastoral.

Benedicto XVI vino como "Peregrino de la Caridad" en un momento muy singular y especial para nuestra Iglesia y nuestra Patria, conmemorábamos los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad.

El papa Francisco vendrá como "Misionero de la Misericordia". Dios es Amor, es Misericordia. Él viene a comunicarnos la verdad sobre Dios, sobre el hombre, sobre la iglesia que, a su vez, tiene la misión de transmitir la verdad sobre Jesucristo que es el que da sentido a la vida del hombre; sentido de la vida que para los cristianos está informada por el amor. Nosotros no entendemos la vida como un mero producto de la naturaleza, sino que el amor está ahí, desde el comienzo; no son leyes las físicas y químicas, es el amor lo que va haciendo que el hombre se vaya desarrollando, vaya alcanzando la plenitud que es precisamente la vida en el amor.

Insisto, es una dicha y un compromiso. Apenas dos años después de haber estado en la preparación y acogida de Benedicto XVI, comenzábamos a preparar la visita de Francisco; y esto ayuda mucho a la iglesia. Cuando la comunidad se mete de lleno en la convocatoria, cuando se prepara espiritualmente, se fortalece, crece.

Poco más de tres meses antes, se había producido el anuncio oficial del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los Gobiernos de Cuba y Estados Unidos, anuncio hecho de manera simultánea por los dos presidentes y ambos, en sus discursos, agradecieron de manera particular al papa Francisco por su apoyo e intervención. En ese contexto, se comunica la visita de Su Santidad a Cuba como primera etapa de un solo viaje que incluiría Cuba y Estados Unidos… Para muchos esta visita representa también el confirmar el paso dado por los dos Gobiernos. ¿Cómo lo ve usted?

Realmente me gusta este inicio de relaciones. Estábamos separados hace 55 años, los Gobiernos de Cuba y Estados Unidos no habían tenido encuentros oficiales de este tipo, sino solo aquellos circunscritos a determinados temas o asuntos. Con la participación del papa Francisco, de la Iglesia en este caso, se apoya este importante paso, encuentro.

Creo que todo lo que se haga para unir, viene de Dios; todo lo que se haga para unir teniendo a la persona humana en el centro; porque el trabajo de cualquier gobierno tiene que ser el bien de la persona humana. Y este ha sido un paso muy importante para los dos países, para los dos pueblos.

Para el pueblo cubano muy importante, pues en Estados Unidos reside un número significativo de cubanos, y esto va a contribuir a facilitar el encuentro entre familias que están divididas por el tiempo, por la distancia, talvez divididas por opiniones políticas contrarias o, sin el talvez, por visiones diferentes de cómo organizar la sociedad.

Y el hecho de que se haya escogido considerar este viaje como un solo viaje Cuba-Estados Unidos, es muy significativo. Es un paso adelante. ¿Qué mañana mismo van a sortearse todas las dificultades? No podemos ser tan ingenuos, pero sí creemos que debe seguirse con el mismo espíritu y dar los pasos para que se pueda realizar. Y esto debe ser un aliciente, para que los cubanos independientemente de nuestra manera de pensar nos pongamos de acuerdo en las cosas fundamentales para el futuro del país.

Por eso es sin lugar a dudas una visita significativa. El último encuentro que el Papa tiene en Cuba será con las familias, y de aquí parte precisamente a Estados Unidos donde participará en el Encuentro Mundial de Familias que se celebrará en Filadelfia. La familia es tema constante en cualquier país o realidad humana, próximo está el Sínodo de las Familias que comenzará en octubre… la preocupación por las familias no es solo un problema cubano, sino de la iglesia y del mundo entero; una realidad que nos está diciendo que debemos actuar para que la familia se fortalezca, primera célula de la sociedad donde el hombre nace y se forma para crecer en humanidad.

Son dos temas importantes: las nuevas relaciones entre Cuba y Estados Unidos que la iglesia ha animado, en la persona del papa Francisco particularmente y la familia, tema igualmente importante para el futuro de Cuba, Estados Unidos, de toda la humanidad.

Para la arquidiócesis de Santiago de Cuba será gracia doble, pues en las tres oportunidades, la ciudad de Santiago de Cuba y El Cobre en las dos últimas ha sido sede (o lo será) de las celebraciones. Aparentemente puede parecer que no está sucediendo nada, pues no hay preparativos "externos". ¿No sucede nada?

Creo que sucede mucho pero en otros aspectos. En las visitas anteriores, el tener celebraciones en la plaza pública trajo aparejado mucho movimiento externo, había que construir el altar. Con Juan Pablo II era la novedad, primer Papa que pisaba la tierra cubana, era otro momento el de hace 17 años atrás, el entusiasmo y la expectativa de cómo vamos a recibirle, qué nos va a decir el Papa, cómo será acogido por la gente… eran toda una serie de incógnitas que la vivía tanto la Iglesia como el pueblo. No hubo mucha propaganda previa a la visita. Pero tuvimos mucho más tiempo para prepararla, todo el trabajo se realizó en la comunidad, y esto hizo que la preparación se notara más.

La visita del papa Benedicto XVI, que la deseábamos todos y que pudo concretarse, tuvo un preámbulo muy especial con el recorrido de la Virgen Peregrina. El pueblo entero había gozado de la presencia de la imagen de la Virgen de la Caridad desde Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio, momentos conmovedores que sirvieron para preparar la visita. Él vino como Peregrino de la Caridad, fue hasta El Cobre y allí rezó ante la imagen de la Virgen. Al igual que con la visita de Juan Pablo II, la Virgen se había traído desde El Cobre hasta la Plaza Antonio Maceo pues allí se celebró la Misa, pero después él fue hasta el Santuario como Peregrino. Como hacen todos los cubanos, el papa Benedicto encendió un cirio y le regaló una rosa (le llaman la rosa de oro que se conserva a los pies de la imagen en el Santuario del Cobre). Estos momentos fueron de profundo significado y vivencia de fe.

Fue muy corta la preparación. Ahora hemos tenido un poquito más de tiempo para prepararnos, casi un mes más. ¿Cuál es la diferencia en esta ocasión? En nuestra arquidiócesis no vamos a celebrar la misa en una Plaza, toda la preparación se encamina a comunicarle al pueblo quién es el Papa y por qué viene a Cuba.

Pero tendremos dos momentos importantes de la visita. La misa en el Santuario de la Virgen de la Caridad en El Cobre, que será la primera vez que un Papa celebra allí la Eucaristía, y la mayor parte de los que allí estarán presentes exceptuando la delegación oficial, los invitados, sacerdotes y obispos que vienen de otros lugares, la prensa… serán los representantes de las pequeñas comunidades que no tienen templo, surgidas de la evangelización y la misión de la propia iglesia local y que son muchas en todas las diócesis cubanas, yo diría que es una nueva manera de ser iglesia en Cuba hoy; se celebra la fe en las casas y la comunidad crece alrededor de las piedras vivas que son sus miembros, los bautizados.

La iglesia cubana ha percibido cómo debe ser el futuro evangelizador, que pasa a través de los misioneros, de los pequeños grupos y comunidades, de las casas de oración.

Por eso queríamos que representantes de estas pequeñas comunidades y de los misioneros que las han animado en toda Cuba sean los que estén presentes en El Cobre. La selección ha sido difícil, porque son muchas las personas que desearían y deberían estar… y el espacio es reducido.

Pero creo que tendrá un significado muy especial para todos celebrar esta misa en el Santuario del Cobre, "La casa de todos los cubanos", presidida por el Santo Padre, allí podrá encontrarse con esta nueva realidad de la Iglesia Cubana.

En El Cobre estarán presentes un grupo niños enfermos de cáncer y sus familiares, que son acompañados por personas de la parroquia del Cobre y del Arzobispado, para que se sientan queridos y acompañados ese es el servicio que hace la iglesia, además de la atención médica que reciben en los hospitales. El Papa se va a reunir con ellos allí, y también con dos misioneras que han evangelizado por años en silla de ruedas; estará un diácono que precisamente regresando de la misión recibió una pedrada y quedó casi paralítico, un cristiano ejemplar que continúa atendiendo a los presos, él no puede diaconar por las dificultades locomotoras que tiene… En Cuba, Francisco no va a visitar ningún hospital, ninguna prisión pero sí tendrá este encuentro cercano con el mundo del sufrimiento y el dolor que es una realidad humana que nadie puede ignorar, quisimos que fuera allí, en el Santuario, en la casa de la Madre, en la casa de la Caridad, y, por tanto, ese servicio que él tanto destaca lo podrá realizar allí.

Mons. Dionisio, estadísticamente, ¿el número de personas que celebra su fe en estas nuevas comunidades es alto?

En estos momentos este número es casi igual que el de las personas que celebran su fe en las comunidades, digamos, tradicionales, históricas o ya constituidas. Por eso es que es tan importante. Con menos recursos humanos y materiales los misioneros están llegando a lugares donde antes nunca habíamos estado de manera sistemática.

Este fue uno de los retos o prioridades del ENEC (Encuentro Nacional Eclesial Cubano); que la Iglesia fuera misionera, que saliera de los templos y fuera allí donde no había templos, donde no había presencia de Iglesia. Y este es el fruto de esos 25 años de labor misionera, de esas comunidades han surgido nuevas parroquias que, a su vez, se han convertido en nuevas parroquias misioneras.

¿Qué nos pudiera decir del segundo momento en la Catedral de Santiago de Cuba, del encuentro con las familias…?

Las dos celebraciones en nuestra diócesis son de corto tiempo pero tienen un peso muy grande.

Para nosotros, los cubanos, en cualquier encuesta que se haga, decimos que la familia es la estructura social que más apreciamos. Cuando se pregunta de qué institución recibes mayor ayuda, apoyo y afecto... de mi familia. ¿Cuál es la estructura social que tú más defenderías?: La familia… Y, a la vez que se dice eso, cuando se pregunta, dime ¿cuál es tu mayor preocupación, que pueden ser tantas? Responden mayoritariamente: La familia. El cubano quiere que su familia esté unida, quiere conservar la familia.

Lamentablemente, sabemos que en la familia cubana el número de divorcios es grande, que muchos niños nacen fuera del matrimonio o en uniones muy volátiles. Sin embargo, en la familia extendida los lazos familiares no se rompen y, por lo tanto, las palabras del Santo Padre animando la unidad familiar, que el matrimonio no es algo que se hace a la ligera sino que es algo fundamental a la propia vida de la persona porque Dios nos hizo así, hombre y mujer para que nos uniéramos y nos multiplicáramos y pobláramos la tierra. Es por esto que deseamos tener este encuentro con las familias.

Dos momentos claves y claros: las pequeñas comunidades, que son el futuro de la iglesia, la evangelización, la misión… y consolidar la familia.

Hablemos un poco de aspectos prácticos de esta visita. En la diócesis poco ha habido que hacer pues ya casi todo estaba ya desde la anterior visita. La casa donde pernoctó Benedicto XVI es ya conocida por muchos como "la casa del Papa"… ¿Vivirá allí también el papa Francisco?

El Papa va a vivir en el antiguo Seminario San Basilio Magno, el actual está en la ciudad de Santiago de Cuba. Hace cuatro años se estaba construyendo allí una pequeña casa para los sacerdotes mayores que se retiraban… estábamos en ese proceso cuando se anuncia sorpresivamente que el papa Benedicto XVI viene a Cuba pues quiere peregrinar ante la Virgen de la Caridad del Cobre por los 400 años de su hallazgo. Había que buscar un lugar donde él pudiera dormir. Entonces, lo único que podíamos ofrecer era esta casa que estábamos construyendo.

Haciendo un esfuerzo grandísimo, en tres meses se logró terminar. Así, la casa para recibir a los sacerdotes mayores, el primero que la utilizó fue el papa Benedicto. Allí tenía su cuarto con una pequeña oficinita al lado, que después se convirtió en otro cuarto. ¡Quién nos iba a decir entonces, que tres años después otro Papa utilizaría nuevamente la casa!

Nosotros decíamos, no es la casa del Papa, es la casa para los sacerdotes mayores, pero después de aquella visita, y ahora que vendrá el papa Francisco y vivirá en la misma casa, ¿quién podrá quitarle el nombre de la "Casa del Papa"?

En estos tres años muchas cosas también han cambiado en las condiciones materiales de la Casa de Retiro y Convivencias de El Cobre.

Sí, en este tiempo se construyó "la Casa de los Jóvenes" con cuartos con literas y con una buena capacidad; se rehabilitaron, además, unas decenas de habitaciones para las personas y grupos que desean hacer retiros, convivencias, encuentros.

Es un lugar muy agradable, ha quedado con condiciones modestas pero agradables y todos se van contentos por cómo son recibidos y atendidos. El Cobre tiene, sin lugar a dudas, algo especial y la Casa de Retiro transmite ese ambiente, permite que se viva en ese clima de tranquilidad, de sosiego, de paz, de la cercanía del Santuario y de la Virgen.

El papa Francisco se va a sentir muy bien, pues es un lugar acogedor, sencillo y familiar. Será acogido con mucho cariño como, honestamente, se recibe a todos los que allí van. Las mismas personas que sirven y trabajan allí, las mismas cocineras serán las que estarán allí para recibir al Papa. No se ha buscado a nadie más.

Y en el Santuario…

El Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre se había reparado ya para el Año Jubilar del 2012, y solo ha habido que retocarlo un poco y prepararlo para esta celebración con el Papa. Habrá una delegación oficial, habrá un gran número de concelebrantes, y no es un Santuario tan grande, tiene una capacidad para unas 1.100 personas. Nos estamos preparando pero, gracias a Dios, todo marcha bien y en tiempo.

El otro lugar en nuestra diócesis que acogerá al papa Francisco es la Catedral, la SBMI Catedral de Santiago de Cuba. Y todos estamos a la expectativa pues hace casi tres años comenzó su proceso de restauración capital.

Efectivamente, hubiéramos querido que estuviera terminada para el pasado 25 de julio, día de Santiago Apóstol, en que la ciudad cumplía los 500 años de fundada, pero no pudo ser. Diversos inconvenientes y demoras no lo hicieron posible, cuando se inicia una obra de restauración se sabe cuándo comienza pero no cuándo termina, pues en el transcurso de la obra van surgiendo nuevos trabajos con los que no se contaba.

Ahora para el Papa, no puedo decir que estará terminada al 100%, pero sí acercándose. Luce muy hermosa y el Santo Padre la "inaugurará", en cierta forma pues ya está consagrada hace casi 200 años, pero será la primera celebración grande, ¡y qué celebración!, después de la renovación capital que ha tenido la Catedral pues han sido objeto de intervención su techo; la cúpula mayor se bajó hasta el suelo y se restauró utilizando los mismos materiales, se revistió de cobre pues estamos en una zona sísmica y el cobre es un material que soporta las sacudidas… todo el templo ha sido restaurado.

El pueblo santiaguero está contento con esta restauración. La Catedral ha adquirido una nueva dignidad en el anillo más céntrico de la ciudad de Santiago de Cuba. Los colores exteriores se le han dado respetando el color original; por dentro se hizo más clara… en general todos los santiagueros estamos orgullosos de la Catedral.

Así que el Papa verá una Catedral casi "nueva", y allí tendrá ese encuentro entrañable con las familias.

¿Qué espera Usted como Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, como Arzobispo de Santiago de Cuba, como cristiano y cubano después de la visita del papa Francisco?

Primero, no hemos querido ver esta visita como un evento. Una visita apostólica del Santo Padre a una iglesia particular siempre deja mucho: su magisterio, el encuentro con las personas, la participación de los fieles y pueblo, en tantos contactos que se hacen y que después perduran en el tiempo… pero no queríamos verla como un evento que pasó, que tardamos cuatro meses en prepararla vino el Papa y después qué. No, queremos que esta visita del papa Francisco se inserte en nuestra pastoral.

Uno de los puntos claves de nuestra pastoral es la misión y las comunidades, y esta visita ya nos está ayudando a realizar estos dos aspectos. Los otros son: la familia y la formación. Con la preparación, de hecho, ya se están realizando.

No podemos trabajar como iglesia por eventos, que suceden, crean expectativa, y pasan. Hay que trabajarlo como un proceso, como hicimos con el Año Jubilar Mariano, que tuvo tres años de preparación, que animó y consolidó mucho a las comunidades cristianas que se volcaron en él.

¿Qué espero? Espero que la visita del Papa nos sirva para continuar nuestra labor evangelizadora y misionera, el sujeto que realiza la misión es la iglesia, la comunidad cristiana. Cuando una comunidad toma conciencia de su misión evangelizadora podemos decir que es ya una comunidad consolidada. Lo constatamos con las experiencias anteriores de las visitas de Juan Pablo II y Benedicto XVI, y con la experiencia del Año Jubilar.

El papa Francisco llegará a nuestra tierra como Misionero de la Misericordia, nuestro pueblo, todos, necesitamos experimentar la Misericordia de Dios; tenemos muchas heridas que sanar en todos los ámbitos de la vida, personales, sociales, familiares… muchas familias divididas por tantas cosas, las separaciones, unos fuera del país otros dentro, la separaciones por diferentes maneras de pensar… los cubanos necesitamos experimentar la misericordia, el perdón, la reconciliación. Él nos hablará de la Misericordia del Padre que entrega a su hijo para salvarnos, y nos va a pedir que todos procuremos construir una patria mejor.

Una patria que esté sustentada en la justicia, la fraternidad entre cubanos, basada en la participación de todos, una patria común en la que nadie se sienta excluido. Y para eso es necesario tener un corazón misericordioso, hace falta estar abierto al perdón y a la disponibilidad de diálogo, que tengamos en cuenta siempre a los que menos tienen a los más vulnerables de nuestra sociedad.

Seguro que esta invitación formará parte de su mensaje, Dios derrama su Misericordia sobre nuestro pueblo y nos hace responsables para que seamos misericordiosos con los demás. Precisamente una de las acciones pastorales que hemos realizado es invitar a vivir una pequeña frase que se comparte cada día, una frase que nos recuerda un pequeño gesto de misericordia que podemos hacer durante el día…

Es pensar de manera utópica que las leyes o el cumplimiento de las leyes pueden crear una sociedad perfecta, no, porque a veces las leyes son ambivalentes, lo que cuenta es el corazón. Con leyes solamente no se resuelven los problemas, hace falta que el espíritu de la ley que es o debe ser buscar el bien de cada hombre sea lo que prevalezca. Eso es lo que espero que el Papa nos traiga, que todo lo que hagamos esté impregnado por la Misericordia de Dios y por nuestra acción misericordiosa.

Reproducido de Martinoticias.

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