10 de abril de 2014

Platos esenciales de la Gastronomía asturiana: la fabada


 


 platos  esenciales de  la  gastronoMÍa  asturiana

La Fabada


Si hay un plato que se identifica con Asturias, ese es la fabada.   

Un guiso popular que tiene como protagonistas a las fabas (o fabes, en bable o asturianu), amparadas desde hace más de 20 años por Indicación Geográfica Protegida (IGP). Deben ser levemente arriñonadas, de color blanquecino, sin manchas en la piel y tener por lo menos dos centímetros de longitud. La piel se debe mantener intacta tras la cocción, sin pellejos, integrada en la faba, que debe ser cremosa, huyendo de la textura harinosa.

La mejor manera de valorar una faba es frotarla contra el velo del paladar, ya que el tacto nos ayudará a determinar su calidad. La temperatura ideal de conservación son 4 grados, con poca humedad y, a ser posible, en un tarro hermético de cristal. Una faba seca puede aguantar dos años en unas condiciones óptimas de conservación. Evitar la luz directa colabora a una mayor longevidad.

La fabada requiere un fuego lento, mejor de cocina de carbón. La cocción depende mucho de la variedad de la faba, pero el tiempo medio suele rondar los noventa minutos. De vez en cuando hay que «asustar» a las fabes, que deben estar completamente cubiertas, añadiendo agua fría. 

Para que tenga menos grasa hay quien cuece el compango (morcilla, chorizo, lacón) aparte y lo incorpora en los últimos minutos. A la hora de servir el plato, el compango puede servirse aparte, aunque lo más común es servirlo con el caldo y las fabes.

Cada vez se emplea más la denominada faba verde, recién recolectada, que admite perfectamente la congelación y que ofrece menor riesgo de rotura durante la cocción. Hay una corriente de cocineros que defienden la faba fresca con platos más modernos, por ejemplo con almejas o incluso con rabo de toro, pero que consideran que la faba seca sigue siendo la mejor para elaborar una buena fabada. 

Les fabes también se preparan con perdiz, con jabalí, con bogavante, con erizos e incluso con calamares.

Dentro de la gama de alubias asturianas, existen unas especiales denominadas verdinas. Son muy valoradas por su delicadeza y sutilidad. Su principal diferencia con la faba es su menor tamaño y su coloración, ligeramente verdosa. Se suelen guisar con mariscos como bogavante, langostinos o almejas, y van muy bien con cualquier pescado como el pixín (rape).

ABC, Madrid
Remitido por Ramón Ramos

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