Opositores
desalojados
de iglesia
habanera
describen golpes
y maltratos
LA HABANA, Cuba, marzo (Agencias, Aini Martín
Valero, PD) www.cubanet.org –
Los 13 opositores que fueron desalojados el jueves por la noche del Santuario y
Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad, en la capital cubana,
denunciaron que el operativo lo realizaron “la policía política y brigadas
antimotines”, que los “golpearon y los arrastraron”.
Lo relatado por los ocupantes del templo difiere de
la versión ofrecida por el Arzobispado de La Habana, que confirmó en una nota
de prensa firmada por su portavoz, Orlando Márquez, que el desalojo se produjo
después de que el cardenal Jaime Ortega pidiera a las autoridades que
“invitaran” a los ocupantes a “abandonar” el templo. El comunicado señala que
“la acción de poner fin a la ocupación (…) duró menos de diez minutos”.
“Los trece ocupantes fueron invitados a salir del
templo y no ofrecieron resistencia. Los agentes que ejecutaron la operación
habían asegurado a la Iglesia que no portarían armas, que trasladarían
inicialmente a las trece personas a una unidad policial y que después los
llevarían a sus casas. Igualmente aseguraron que no serían procesados por este
hecho”, dijo la Iglesia en su nota, publicada por el diario Granma, órgano del
Partido Comunista.
Pero Vladimir Calderón Frías, director ejecutivo del
Partido Republicano de Cuba (PRC) y uno de los desalojados declaró a Cubanet:
“Nos sacaron a la fuerza ayer a las nueve de la noche”, aseguró.
“El párroco de la Iglesia de La Caridad y el
monseñor Suárez Polcarí nos dijeron que venía un funcionario del gobierno a
dialogar con nosotros y cuando abrieron las puertas del santuario, era la
Seguridad del Estado. Eran como 22, incluyendo mujeres. Les torcieron el brazo
a algunas personas. Nos montaron en una guagua, nos llevaron a la estación
policial de Infanta y Amenidad, nos tomaron muestras de cabellos, huellas
dactilares, muestra de orina, nos sacaron fotos y de ahí nos montaron
nuevamente en el ómnibus y nos llevaron para Villa Marista”, agregó Calderón
Frías.
Otro miembro del grupo, Roniel Valentín Aguillón,
dijo que en la estación de policía les hicieron “miles de pruebas, como si
fuéramos asesinos. Nos tomaron huellas, nos cortaron pelo, tomaron muestras de orine,
nos pesaron, nos tiraron fotos”, cogieron muestras “de sudor de las partes de
uno, a las mujeres las desnudaron”, denunció.
Los opositores se habían encerrado en el templo para
pedir que el papa Benedicto XVI intercediera durante su próximo viaje a Cuba
para que sus demandas políticas fueran escuchadas.
En una entrevista concedida a Cubanet el jueves,
Calderón Frías indicó: “Nuestras demandas son de corte social, con el objetivo
de que la Iglesia las haga llegar al Gobierno. Estas son: Libertad para los
presos políticos, cese la represión contra los opositores al régimen, libertad
de movimiento, libertad de asociación, libertad económica, acceso a la
propiedad privada, acceso a Internet, aumentos de salarios, alimentos para los
niños y también proponemos un diálogo entre el Gobierno y la oposición”.
La Iglesia cubana había criticado duramente la
acción de los disidentes en un comunicado, que calificó de “acto ilegítimo e
irresponsable”. Con el desalojo del jueves en la noche se dio por terminado el
asunto. “Se pone fin así, a una crisis que no debió nunca producirse. La
Iglesia confía que hechos semejantes no se repitan y que la armonía que todos
anhelamos pueda realmente alcanzarse”, concluyó el mensaje del Arzobispado que
se emitió tras el operativo policial.
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