Dom
Pérignon
y
el origen del champán
Publicado
por María Álvarez Mateo
en
su blog Protocolo y Etiqueta
“Un hombre que toma Dom Pérignon 1952
no puede ser del todo malo”. James Bond
“Es el único que hace más hermosas a las mujeres
después de beberlo”. Marquesa de Pompadour.
No
hay bebida que se identifique más con un brindis, con fiesta, con alegría
y con celebraciones que el mítico champán. Este vino espumoso fue descubierto como
todo lo bueno en esta vida, por accidente y por casualidad. Beber Dom
Pérignon es una filosofía de vida, es disfrutar de la artesanía, del lujo y de
las cosas extraordinarias.
Dom Pierre Pérignon fue el
monje benedictino a quien se le atribuye la invención del método para la
fabricación del champagne. Hay constancia de que en el tiempo de los romanos ya
existía el vino petillant (espumoso),
pero Pérignon fue el artífice de descubrir el secreto para dominar
las burbujas de esta apreciada bebida.
No
se puede decir que el vino espumoso un invento de Pérignon dado que
se tiene constancia de la existencia de este tipo de vino desde el tiempo de
los romanos, pero si se le debe el honor de haber dominado las burbujas,
logrando envasar y mejorar una bebida que hoy se conoce y se aprecia en todo el
mundo.
Dom Pierre
tenía 19 años cuando decidió ingresar en el convento de los monjes
benedictinos en la abadía de Saint-Vannes en Verdún.
Años más tardes fue trasladado a la abadía de Hautvilliers,
donde se encargó a la custodia de los sótanos de la bodega.
Se
dice que Pérignon era casi ciego, problema que hizo que tuviera
muy agudizados el resto de los sentidos. Un día primaveral de 1670, oyó
una explosíon lejana entre las botellas. Palpando el suelo, se dio
cuenta de que una de las botellas de vino había explotado durante su crianza.
Según cuenta, a cuatro patas, lamió el líquido derramado en la bodega. Lo
que sintió en ese momento se explica perfectamente con la llamada que
hizo a sus hermanos ¡Venid, estoy bebiendo las estrellas! Por
supuesto, las estrellas a las que el monje ser refería eran las burbujas que
estallaban en su boca. (Las
burbujas del champán no son más que bolsas de aire producidas por la
fermentación de las levaduras y los azúcares del propio vino).
Dom Pérignon,
que era de naturaleza curiosa, decidió investigar para que el gas no se saliera
de las botellas, y que éstas no estallasen debido a la presión. El benedictino
quería preservar durante el tiempo que se desease esas mágicas burbujas que tan
agradables eran al paladar.
Hasta
ese momento, las botellas eran fabricadas con un cristal fino de baja calidad y
se taponaban con un taco de madera cubierto de esparto aceitado. Pero esta
solución no lacraba la botella y el aceite alteraba el sabor del vino.
Producir
botellas con un vidrio más grueso no fue reto para el monje, al menos no tanto
como encontrar un material adecuado para taparlas. Según la leyenda, un día
recordó haber visto tapar con corcho las cantimploras de unos visitantes del
monasterio de Sant Feliu de Guixols (España).
Desde ese momento, empezó a utilizar grandes tapones de corcho que una vez
hervidos y aún calientes introducía en el cuello de la botella y sujetaba con
alambres. Al enfriarse el corcho y recuperar su tamaño
habitual, la botella quedaba sellada herméticamente.
Et voilá!
Cavas
de Champagne
Actualmente,
el Champagne es un vino espumoso con Apelación de Origen Controlada;
esto quiere decir que solo se puede elaborar en la región de
Champagne, Francia, con uvas Chardonnay, Pinnot Noir y Pinot Meunier principalmente.
La
primera cosecha de Dom Pérignon fue puesta a la venta el 4 de agosto
de 1936, después de la Gran Depresión. Dom Pérignon es una vendimia de
champagne, lo que significa que solo se efectúa en los mejores años y que todas
las uvas se cosecharon en en mismo año. Sin embargo, la mayoría de los
champanes no indican el año de su elaboración, ya que se suelen mezclar zumos
de diferentes añadas para que el vino más evolucionado se mezcle con los más
frutales y frescos.
La
denominación “champan” es exclusiva de Francia. Por ello la bebida similar
producida en España se denomina “cava”, mientras los italianos usan para sus vinos espumosos
el nombre: “anti espumante”.
*** La botella mas barata de Dom
Pérignon puede costar alrededor de $200
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