La
bruja Hilaria
Juan Manuel De Prada
Casi todos los gobernantes
que rigen las naciones son marionetas obedientes del Nuevo Orden Mundial,
dispuestas a aplicar a rajatabla sus mandamientos, que se encierran en dos:
servicio a la plutocracia mundialista y promoción de la infecundidad.
Ciertamente, entre las marionetas del NOM las hay de muchos pelajes: están las
de tipo circunspecto, al modo español, que se disfrazan de chupatintas contables;
y están las de tipo exaltado e histriónico, al modo griego, que ensayan muchos
aspavientos y referendos para hacer creer a las masas cretinizadas que son sus
liberadores.
Entre todas las marionetas del NOM luce con singular intensidad Obama, el Príncipe de la Paz, con esa indiferencia aviesa ante los avances del islamismo, con esos modales de flojo risueño con que se abraza al castrismo, con esa encendida defensa de los derechos de bragueta que hace que su ojete palpite lúbricamente y lagrimee de felicidad.
Entre todas las marionetas del NOM luce con singular intensidad Obama, el Príncipe de la Paz, con esa indiferencia aviesa ante los avances del islamismo, con esos modales de flojo risueño con que se abraza al castrismo, con esa encendida defensa de los derechos de bragueta que hace que su ojete palpite lúbricamente y lagrimee de felicidad.
Pero en todo tabladillo de la farsa no falta
nunca una marioneta pasada de rosca, una marioneta averiada que al moverse
enseña las bragas y gesticula más de la cuenta. En el tabladillo de la farsa
del NOM, este papel de marioneta pasada de rosca lo representa Hillary Clinton,
la bruja Hilaria. En descargo de la bruja Hilaria, hemos de reconocer que a la
pobrecita le ha tocado tragarse lo suyo; y, además, lo que se ha tragado es
menos apetitoso que lo que se tragó Monica Lewinsky.
En aquella coyuntura esperpéntica la bruja Hilaria, además de los cuernos, se ganó la escoba; pues el NOM entendió, con sagacidad azufrosa, que una campeona del feminismo convertida en hazmerreír planetario por una becaria gordita y cachonduela tenía que haberse convertido por cojones en un saco de pus y resentimiento. Y el NOM no se equivocaba; sólo que la bruja Hilaria guarda tanto pus que a veces enseña demasiado la patita, delatando descarnadamente los designios del Amo al que obedece.
Acaba de ocurrir ahora, ante el escándalo de los vídeos donde psicópatas de la multinacional abortera Planned Parenthood explican cómo trafican con órganos y tejidos de los fetos. Los medios de cretinización de masas se han conformado con ocultar la existencia de tales vídeos, no sea que las masas empiecen a pensar; pero la bruja Hilaria, en pleno ataque de espumarajos, ha arremetido contra quienes grabaron estos vídeos estremecedores y ha entonado las loas de la multinacional abortera, considerando que los vídeos son (risum teneatis) «un ataque contra el derecho a decidir de las mujeres».
En aquella coyuntura esperpéntica la bruja Hilaria, además de los cuernos, se ganó la escoba; pues el NOM entendió, con sagacidad azufrosa, que una campeona del feminismo convertida en hazmerreír planetario por una becaria gordita y cachonduela tenía que haberse convertido por cojones en un saco de pus y resentimiento. Y el NOM no se equivocaba; sólo que la bruja Hilaria guarda tanto pus que a veces enseña demasiado la patita, delatando descarnadamente los designios del Amo al que obedece.
Acaba de ocurrir ahora, ante el escándalo de los vídeos donde psicópatas de la multinacional abortera Planned Parenthood explican cómo trafican con órganos y tejidos de los fetos. Los medios de cretinización de masas se han conformado con ocultar la existencia de tales vídeos, no sea que las masas empiecen a pensar; pero la bruja Hilaria, en pleno ataque de espumarajos, ha arremetido contra quienes grabaron estos vídeos estremecedores y ha entonado las loas de la multinacional abortera, considerando que los vídeos son (risum teneatis) «un ataque contra el derecho a decidir de las mujeres».
No es la primera vez que la bruja Hilaria
delata los designios del NOM. Hace apenas unas semanas proclamaba, la muy
bocazas: «Los códigos culturales profundamente arraigados y las creencias
religiosas han de modificarse. Los gobiernos deben emplear sus recursos
coercitivos para redefinir los dogmas religiosos tradicionales». He aquí,
explicado sucintamente, el objetivo último del NOM, que no es otro sino abolir
coercitivamente el cristianismo, auténtico katéjon que impide su hegemonía, y
llenar su hueco con una religión humanista y anticrística a modo de sucedáneo
para masas cretinizadas. Sólo que el NOM suele guardar secreto sobre sus
designios; que la bruja Hilaria esté tan despepitada resulta, en verdad,
sorprendente.
Será muy interesante seguir el destino
político de la bruja Hilaria. Si sucumbe en su carrera hacia la Casa Blanca y
la mandan de vuelta a casita a mamarla será porque su Amo ha entendido que
semejante saco de pus no sirve convenientemente a sus intereses solapados. Pero
si triunfa será porque el NOM ha decidido lanzar una ofensiva desatada, sin
máscaras ni solapamientos, contra los últimos y maltrechos bastiones de
resistencia.
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