16 de julio de 2014

La letrina del Vedado, el monumento a José Miguel Gómez



La letrina del Vedado:
el Monumento a José Miguel Gómez

Ernesto García Díaz, CUBANET - LA HABANA, Cuba. -En las alturas de la Avenida de los Presidentes, popularmente conocida como calle G y la calle 29, del populoso barrio habanero El Vedado, se encuentra el complejo monumental a la memoria de José Miguel Gómez (JMG), Mayor General del Ejército Libertador, Presidente de la República de Cuba entre 1909 y 1913 y Líder del Partido Liberal en su época.

          El monumento, inaugurado el l8 de mayo de l936, fue realizado por el escultor italiano Giovanni Nicolini. La obra exhibe la estatua en bronce de la figura del Mayor General a un tamaño de 3.50 metros, sobre una base de granito rosa proveniente de las canteras de Ravena, en el noroeste de Italia.

          En los costados del mausoleo aparecen seis figuras que representan las provincias en las que estaba dividida la isla en ese período, escoltadas por la bandera cubana. En la base se ubican dos estatuas de mármol que representan fuerza y magnanimidad. El exterior del monumento se encuentra coronado en sus esquinas por dos grupos escultóricos, uno de ellos representa la historia y el tiempo, con la libertad en el medio y en el otro figuran el derecho y la ley, con la paz en el centro.

 La fastuosa obra escultórica ha sido cuestionada y agredida en diferentes épocas, pero los mayores hechos de agresión, abandono y deterioro, han sucedido en el periodo de gobierno comunista instaurado hace 55 años en la Isla.

          Recientemente, algunos raperos han sido los más activos, solicitando se desmantele dicho monumento. Los raperos Magia López y Alexei Rodríguez, del grupo Obsesión, dieron origen a un debate acerca de la pertinencia (o no) de la estatua de Gómez, al decir de su canción “Nueva Calle G”:

…“No entiendo qué hace ese tipo ahí, después de una Revolución que se hizo aquí”. “Hago un llamado al graffiti cubano. ¡Si no la tumban vamo’ la graffiteamo’! …TÚMBENLO”.

          La canción provocó que el monumento fuera pintado, graffiteado y vandalizado, en detrimento del patrimonio cultural de la nación.

          Sin embargo, intelectuales cubanos como el arquitecto Mario Coyula, han impedido que la monumental obra sea desmantelada por el gobierno, que se mantiene expectante a la opinión de los grupos sociales influyentes. Coyula ha expresado que la historia debe conocerse como testimonio arquitectónico, histórico y político. También ha dicho que, si bien como Presidente el controversial José Miguel Gómez fue apodado por el pueblo el “Tiburón”, ordenó la sangrienta represión de los Independientes de Color en 1912 y favoreció el desarrollo de la corrupción, también fue un destacado combatiente de las guerras por la independencia de Cuba en el siglo XIX.

          El eminente arquitecto significó: “La historia no se puede cambiar, y mucho menos demoler; pero sí interpretar…Para eso están los ensayos y libros, los debates y polémicas… Si empiezan a bajar del pedestal a próceres dudosos, ¿dónde detenerse?… Esos mismos monumentos, incluso los inmerecidos, son parte de una historia. Hay que explicarlos”.

          “Esos monumentos deben tener alta calidad artística, cosa que lamentablemente no se ha podido alcanzar en la mayoría de los que se han hecho en Cuba en los últimos cuarenta años. Es triste que el monumento a José Miguel, igual que el de Alejandro Rodríguez, sean mucho mejores en su valor escultórico y arquitectónico que el de muchos héroes eternos burdamente homenajeados con muñecones banales y deformes”. Resumiendo: ¡no bajen a nadie, hagan nuevos monumentos mejores a los que se lo merecen!

          Si bien durante el mandato de José Miguel Gómez se hizo muy popular la frase “tiburón se baña…pero salpica”, aludiendo a la corrupción reinante, los hermanos Castro lo han superado con creces en esa área, con el agravante de que además han fomentado la destrucción del patrimonio cultural cubano. Tanto es así, que el monumento al primer presidente de la República, Don Tomas Estrada Palma, fue vandalizado y de su estatua solo quedan los zapatos sobre el pedestal.

          Al visitar el monumento a José Miguel Gómez, apenas tres años después de haber sido restaurado, pude comprobar el deterioro causado por la acción irresponsable de las personas que lo transitan, que llegan incluso a realizar allí sus necesidades fisiológicas y roban sus luminarias. Tampoco se iza allí la bandera cubana, y su asta sigue abandonada y oxidada por la acción del tiempo. Al monumento le han incluso retirado la protección.

1 comentario:

  1. Anónimo7/19/2017

    Tristemente es cierto el deterioro del lugar y por razones tan desagradables. Marlene M

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