de una interminable
pesadilla
Guillermo
I. Martínez
Especial
para Dla
Para
los partidarios de Fulgencio Batista el 1ro. de enero de 1959 fue un día
nefasto. El hombre fuerte de Cuba se había fugado de la isla en la madrugada en
un avión con rumbo a la República Dominicana.
Le avisó a pocos. Muchos de sus seguidores quedaron atrás. Algunos pudieron irse en yates a Estados Unidos. Otros se asilaron en embajadas latinoamericanas. Atrás quedaron muchos del mando medio del Gobierno de la figura que jugara un papel importantísimo en el historia de Cuba desde 1933 hasta 1958. Ellos pagaron caro los crímenes que habían permitido a Batista gobernar desde el 10 de marzo de 1952 hasta el último día de 1958. Muchos fueron encarcelados y otros fusilados sin mucho derecho a defenderse.
Fidel Castro impuso los paredones de fusilamiento en un país donde no existía la pena de muerte en el código penal.
Para la mayoría del pueblo cubano fue un día de fiestas. A la casa de un periodista llamaron a las 4 a.m. a decir que Batista había abandonado el poder. Poco a poco empezó a correrse la voz. Al principio lo decían con miedo: "Cayó Batista". Después gritaban a voz en cuello: "¡Huyó Batista!".
Ya temprano en la mañana habían comenzado los saqueos de casas de los batistianos. Robaban a los que ellos decían habían robado y torturado para mantener a Batista en el poder. Por todas partes aparecieron barbudos que decían que venían de la Sierra.
Ese día Fidel Castro habló por Radio Rebelde desde la Sierra Maestra. Dejó claro que no pactaría con nadie. Quería que el pueblo esperara a que él con su caravana de rebeldes llegara a La Habana para tomar el poder oficialmente. Su voz era ley.
Vale una aclaración. En aquellos días la mayor parte de los cubanos celebraban el fin de una dictadura. Los cubanos querían democracia y con mucha ingenuidad le dieron un respaldo cerrado los barbudos. Ellos llevaban rosarios colgados del cuello. No era lógico o posible pensar que Fidel era comunista.
¡Qué error más craso! La idea de que ese día Cuba había cambiado un Gobierno autoritario por una dictadura comunista totalitaria era inconcebible.
¿Quién iba a pensar que los hermanos Castro gobernarían Cuba por más de 50 años? Hoy el régimen cumple 55 años en el poder. Hoy los cubanos vivimos separados por el pequeño Estrecho de la Florida. Un pueblo dividido, con poco en común. Los que se quedaron en Cuba, sus hijos, y sus nietos, aprenden a resolver. Ellos pasan todo tipo de necesidades económicas. El sueldo promedio en Cuba es irrisorio. Los que salieron al exilio han demostrado un enorme empuje económico.
Hay muchos que todavía piensan en el regreso a su querida Cuba. Pero cada día el regreso es más difícil. Hay una generación que se nos muere. Y otras que sólo conocen cuentos de la Cuba de ayer. No es posible darle marcha atrás al reloj. Todos quisiéramos ver el final de la dictadura de los hermanos Castro. Todos quisiéramos volver a Cuba, aunque sea a visitar. Pero ya muchos han echado raíces profundas en este país. Para los más jóvenes que no la conocieron es el sueño de sus padres y abuelos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario