Las uvas milagrosas
El 2 de enero de 1894 "El siglo futuro" de Madrid incluía un artículo del día anterior de “El imparcial” titulado "las uvas bienhechoras" en el que se hablaba de una costumbre "importada de Francia, pero que ha adquirido entre nosotros carta de naturaleza”.
Ese mismo día en “El Correo Militar” se leía:
"La imperecedera costumbre de comer las uvas al oir sonar la primera
campanada de las doce, tenía reunidas en fraternal coloquio á infinidad de
familias, y todos á coro gritaron: ¡Un año más!". (sic)
Y en la
Nochevieja de 1895 apareció otra referencia escrita sobre las doce uvas. En esta
fecha fue el Presidente del Consejo de Ministros, quien despidió el año 1895
con uvas y champán.
Sin embargo, el
origen de la tradición de comer las uvas tiene un precedente, añadido a la progresiva costumbre "importada" de Francia o Alemania: un bando
municipal del alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, de diciembre de 1882,
por el que se imponía una cuota de 1 duro (cinco pesetas) a todos los que
quisieran salir a recibir a los Reyes Magos. Esta tradición servía para
ridiculizar a algunos forasteros que llegaban esos días y a quienes se les
hacía creer que había que ir a buscar a los Reyes Magos la madrugada del 5 de
enero; se utilizaba, además, para beber
y hacer cuanto ruido se quisiera.
Con
este bando el alcalde José Abascal privó a los madrileños de la posibilidad de
disfrutar de un día de fiesta en donde se permitiese casi todo. Esto, junto a
la costumbre de las familias acomodadas de tomar uvas y champán en la cena
de Nochevieja, provocó que un grupo de madrileños decidieran ironizar la
costumbre burguesa, acudiendo a la Puerta del Sol a tomar las uvas al son de
las campanadas. Estos son los antecedentes que dieron lugar a esta costumbre.
El
inicio de esta tradición española no comienza en 1909 como se cree, sino, al
menos, en diciembre de 1896 en la Puerta del Sol madrileña.
La
prensa madrileña ya comentaba en enero de 1897. "Es costumbre madrileña
comer doce uvas al dar las doce horas en el reloj que separa el año saliente
del entrante". Al año siguiente la prensa animaba a esta tradición con un
artículo titulado "Las Uvas milagrosas"
La
tradición marca tomar las doce uvas a los pies del reloj de la Puerta del Sol,
pero esta tradición provocó tanto interés que ya en 1903 las uvas también se comían en Tenerife y poco
a poco se fue ampliando al resto de España, aunque la tradición marca que deben
tomarse en la Puerta del Sol.
Aunque
queda claro que la tradición está documentada desde diciembre de 1897, algunos la
retraen a 1880, pero sentando en
diciembre de 1896 el inicio cierto de la tradición de comer doce uvas al
compás de las doce campanadas del reloj de la Puerta del Sol.
Varios años después y ya en el siglo XX, en
1909, agricultores levantinos de Almería, Murcia y Alicante, encontrándose en
ese año con excedente de uva y con objeto de sacar al mercado la producción,
lograron popularizar la costumbre y darle el impulso definitivo que, desde
entonces, acabaría por convertirla en consolidada tradición. Tradición que se
practica ya alegremente en la mayoría de los países de Hispanoamérica.
Fuentes: LNE.es
Wikipedia.org.