A UN FLAMBOYÁN
Jorge Vals
Rojo, borracho perdido,
se enamoró un flamboyán
de una palma real que había
de cintura espiritual.
Mulata de carne fina
ceñida en talle juncal,
con las manos en la nuca
para mejor suspirar,
la palma se sacudía
al viento del manigual.
Y el flamboyán se volvía
loco de tanto mirar.
Cuando vino el aguacero
con su corte celestial,
voz de celeste guitarra,
risa y llanto de percal,
el flamboyán se abrasaba
de ver la palma ondular.
-"Muchacha, muslo de ácana,
nubio delfín vertical,
cabeza de reina negra,
melena hirsuta y triunfal,
diadema de cinco estrellas
sobre tu sien virginal,
pulpa de sol en tu boca
de donde nace el zorzal.
Si el aire velos te pone
yo te los quiero quitar.
Está roncando mi sangre
que por ti quiere saltar".
Rojos de besos calientes
se derrama el flamboyán.
Las ramas están temblando
que se quieren desgajar.
Altiva la palma ríe.
Echa el penacho hacia atrás.
Con susurros de esmeralda
esta respuesta le da:
-"No me pongas en el hombro
tu brazo de carnaval,
que no ha menester marido
quien tiene la libertad"
Jorge Vals, poeta cubano. Preso político durante más de veinte años por sus ideas contrarias a la dictadura castrista desde sus comienzos.
Foto: adg
Loli, no conocía esta poesía de Jorge; pero me encantó. Gracias por publicarla. ¿Te acuerdas que compartió con nosotras un seminario en Nueva York? Cariños, Bertha
ResponderEliminarSí lo recuerdo, Bertha. La poesía también me encanta por su aire del viejo romancero castellano, aunque no esté muy de acuerdo con los dos versos finales, jaja. Por cierto, de Vals ya no se oye nada. ¿Sabes algo de él? Este poema es lo único que tengo suyo.
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