1 de diciembre de 2010


DICIEMBRE

** Ana Dolores García

** Ya se sabe que los romanos empezaban año en el mes de marzo y por lo tanto al que ocupaba el número diez en la sucesión de sus meses le llamaban “december”. Además, diciembre, al igual que los tres meses que le anteceden, septiembre, octubre y noviembre, no consiguió un padrino cónsul o césar que le prestara su nombre. Para quienes vivimos nuestros días hojeando el calendario gregoriano, diciembre se sigue llamando modestamente diciembre aunque haya pasado a ser el mes número doce en dicho calendario.

Pero diciembre tiene otros méritos, como el de ser el mes que marca la llegada del invierno, que no el frío -que ya estaba-, en el hemisferio norte de nuestro Planeta, o el verano y no el calor para quienes viven en el hemisferio sur. A diciembre también se le escogió para celebrar el nacimiento de Jesús, y hay que ver si la fecha es importante, que marca el inicio de toda una era: la Era Cristiana, y los años de la Historia de la Humanidad se clasifican en dos grandes grupos: antes de Cristo (aC) y después de Cristo (dC).

Además de esos dos  acontecimientos que nos trae diciembre cada año, los humanos celebramos o conmemoramos en él efemérides locales, continentales y hasta mundiales. Por ejemplo,

Hoy, 1 de diciembre, se ha declarado Día Mundial de la Lucha contra el Sida, un día de concientización sobre esa mortal enfermedad que diezma actualmente a la población del mundo. La ONU escogió la fecha en que fue diagnosticado el primer caso de sida, en 1981.

El 3 de diciembre los cubanos celebramos el Día del Médico, honrando a nuestros galenos y la memoria del Dr. Carlos J. Finlay, descubridor del agente trasmisor de la fiebre amarilla.

El 7 de diciembre es un día luctuoso en Cuba porque se conmemora la muerte en combate del General Antonio Maceo y de su ayudante Francisco Gómez Toro. La fecha ha sido escogida igualmente para honrar la memoria de todos los mártires de nuestras luchas independentistas.

El 8 de diciembre es la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María para los creyentes católicos, día muy señalado en España y otros países de Hispanoamérica, como Nicaragua.

El 10 de diciembre se celebra mundialmente el Día de los Derechos Humanos aunque tristemente éstos no se respeten mundialmente.

El 21 de diciembre es, como ya se ha dicho, el solsticio de invierno en el hemisferio norte y el de verano en el hemisferio sur.

El 24 de diciembre se celebra tradicionalmente la “Nochebuena”, en la víspera de la conmemoración del nacimiento de Jesús de Nazaret, celebración familiar y religiosa.

El 25 de diciembre, como ya igualmente se ha mencionado, el mundo cristiano celebra el nacimiento del Señor Jesús.

El 28 de diciembre, también en el calendario cristiano, es el Día de los Santos Inocentes, cuya trascendencia ha sobrepasado entre los hispanos los límites de ser festividad religiosa para convertirse en el equivalente al “April Fools’ Day” de los pueblos anglosajones.

El 3l, en su último día, diciembre se despide y con él se lleva el año. Se despide con cohetes y celebraciones para dar paso a un nuevo año cargado de esperanzas y buenos deseos. El mes que comenzó encendiendo miles de lucecitas para iluminar la Navidad, -o las fiestas, como ahora se ha dado en llamar estos días-, y adornando árboles navideños o belenes, y hundiéndonos en el torbellino de las compras con las que el consumismo se ha empeñado en disfrazar la Navidad, se despide también dejándonos con los bolsillos vacíos. 

Pero nos deja además con noticias nuevas de seres queridos que viven distantes, y el sabor contento de los buenos días que hemos vivido y que los cubanos solemos expresar cantando aquello de “¿Cuándo volverá, la Nochebuena, cuando volverá..?”

De diciembre se ha dicho:
El año nuevo se nos viene anunciando cuando diciembre se va tiritando.
En diciembre, leña y duerme
En diciembre no hay valiente que no tiemble
Diciembre es un viejo que arruga el pellejo
Días de diciembre, días de amargura: apenas amanece, ya es noche oscura.

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