LO BUENO Y LO MALO
QUE DEJA KIRCHNER
- Darío Gallo *
- Aún con Kirchner recorriendo por tierra y por aire la geografía argentina en busca de su parcela final, ya comienzan las evaluaciones sobre su herencia. No la más terrenal y previsible, sino la que trascenderá para los libros históricos que recojan estos años.
Mientras Buenos Aires despide con lluvia al hombre que gobernó y cogobernó la Argentina durante los últimos siete años, es necesario despojarse del fanatismo de sus seguidores y de la ceguera de sus críticos para evaluar una época signada por la confrontación, de blanco y negros, de "buenos y malos", propiciada por el propio Kirchner.
La mayor virtud de Néstor Kirchner no tuvo que ver con un plan económico -en realidad, continuó con el ministro de Economía de su antecesor-, ni con un conjunto de medidas espectaculares. Su mayor logro fue institucional, y decirlo así puede parecer una ironía, a juzgar por muchas de sus acciones como presidente o ex presidente donde denigró a la oposición o se ufanaba de las trampas legislativas para salirse con las suyas.
Pero es que Kirchner fue quien logró recuperar la autoridad presidencial, en un país hiperpresidencialista que venía de un fracaso trágico en el 2001, cuando Fernando de la Rúa abandonó el Gobierno con una treintena de muertos por la represión de las protestas.
La fuerza y el convencimiento de Néstor Kirchner logró transmitirlos a todo el país, aunque lo habían votado muy pocos ciudadanos. El santacruceño llegó a la presidencia con poco más del 20% de los votos (Menem renunció a la segunda vuelta), pero en pocas semanas y con una hiperactividad ahora famosa, transformó el descreimiento de la mayoría de los argentinos, golpeados por una crisis descomunal.
El gran aporte de Kirchner
Esa recuperación de la imagen presidencial como institución, una tarea titánica para un país tan pesimista, fue el gran aporte del animal político que fue Néstor Kirchner.
El saldo negativo de su gestión es la división en buenos y malos, en nosotros y los otros, que sus seguidores, e incluso su esposa, toman como parte básica del "proyecto" kirchnerista. La intolerancia hacia el que difiere y la amenaza como herramienta política es el costado negativo de la herencia de Kirchner.
Para una y otra cosa, para lo bueno y lo malo, el ex presidente lo puso todo. Incluso, hasta el cuerpo.
* periodista y editor general de Perfil.com
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