16 de mayo de 2017

UNA VIRGEN "APARECIDA"

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Una Virgen “aparecida”
 
Su historia tiene su inicio a mediados de 1717, cuando llegó a Guaratinquetá (Brasil) la noticia de que el   gobernador de la entonces Capitanía de  Sao Paulo y Minas de Oro iría a pasar por la población.  Deseosos de obsequiarle con la mejor pesca que obtuviesen, tres pescadores arrojaron sus redes al río Paraíba del sur: después de muchas tentativas infructuosas descendiendo por el curso del río llegaron el 12 de octubre a Porto Itaguaçu, donde atraparon en las redes el cuerpo de una imagen de Nuestra Señora de la Concepción sin cabeza. Tras una nueva tentativa atraparon la cabeza de la imagen. Animados por lo acontecido lanzaron de nuevo las redes con tanto éxito que obtuvieron una copiosa pesca.

Otra historia cuenta mas o menos lo mismo, pero agregando los nombres de los pescadores: Domingo Garcia, Felipe Pedroso yy João Alves. una provisión de peces.

Estos hombres se encontraban en el río Paraiba, arrojando sus redes en el agua, cuando de repente al levantar una de ellas, encontraron una figura rota de terracota de la Virgen de la Concepción, de tan solo 36 cm. Primero hallaron el cuerpo y al arrojar otra vez la red lograron ubicar la cabeza. Luego del suceso, la pesca, que hasta ese momento había sido escasa, fue tan abundante, que tuvieron que volver a la costa por el peso que tenían sus pequeñas embarcaciones.

Uno de los pescadores llevó la imagen a su casa y le realizó un pequeño altar; unos años después crearon un oratorio, lugar que era visitado por todos los lugareños. El 5 de mayo de 1743, se comenzó a construir un templo, que se inauguró el 26 de julio de 1745, venerando a la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora Aparecida. Se ignora completamente como es que la imagen fue a parar al río, pero si se conoce su autor, un monje de Sao Paulo, llamado Frei Agostino de Jesús quien la moldeó en el año 1650.

El pueblo de Nuestra Señora Aparecida se encuentra a unos cuantos kilómetros de Guaratinguetá, villa del Estado de Sao Paulo.

La Virgen es de color moreno y está vestida con un manto grueso bordado, sus manos se ubican en el pecho en posición de oración, fue coronada solemnemente en 1904, por don José de Camargo Barros, obispo de Sao Paulo.

El 16 de julio de 1930, Pío XI declaró a Nuestra Señora Aparecida patrona de Brasil y el 4 de julio de 1980, el Papa San Juan Pablo II visitó el santuario y le dio el título de Basílica.

El crecimiento de la devoción
Durante quince años la imagen permaneció en la residencia del pescador Felipe Pedroso, donde los pescadores se reunían para rezar. La devoción fue creciendo entre el pueblo pues se decía que muchos favores fueron alcanzados por aquellas gentes que rezaban delante de la imagen. La fama de los poderes extraordinarios de Nuestra Señora llegó hasta otras regiones de Brasil. Se construyó una capilla, que pronto se quedó pequeña. Debido al aumento de fieles, en 1834 se inició la construcción de una gran iglesia, la actual Basílica de Nuestra Señora Aparecida.  

En 1904 la imagen fue coronada con la presencia del Nuncio Apostólico y el Presidente de la República.  Y en 1929, Nuestra Señora fue proclamada Patrona Oficial del Brasil por determinación del papa Pío XI.   El papa San Juan Pablo II, en su visita a Brasil en 1980, consagró la Basílica que alberga la imagen.  El actual Papa Francisco también ha hecho una visita a la Basílica de Ntra. Sra. Aparecida.

Descripción de la imagen
La imagen sacada del río era de terracota y medía 36 cm  de altura. Los monjes benedictinos que la describen en aquel tiempo acreditan que originalmente estaba policromada, como era costumbre en la época. El color canela que presenta en la actualidad probablemente se debe a la exposición al humo de las velas de los devotos.

En 1978, tras sufrir un atentado que la redujo a casi doscientos fragmentos, fue puesta para su reconstrucción en manos de la artista Maria helena Chartuni, escultora brasileña, que la restauró totalmente.
 
Editado de Wikipedia.org

 

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