Del dicho al hecho,
no va mucho trecho
Marlene María Pérez Mateo
La literatura sapiencial saturada de
historias, mitos, personajes y sobretodo gran saber es parte de todo pueblo. En
el saber popular se crece: “Vox populus, vox Deus”. Es esta sencilla, pero para
mi entrañable reseña, un viaje por su
razón y origen en la patria cubana, y en las muchas patrias que a ella dieron
origen. “La sabiduría viene llamando por las calles y levanta su voz en las
plazas”, nos recuerda un versículo bíblico (Pro 1, 20). Así sea.
III
“Poner los pies en Polvorosa”
Poner los
pies en Polvorosa hace referencia a un hecho del que nos separan 1138 lustros.
En aquel entonces el Rey Alfonso III, el Magno, Rey de Asturias y León encabezó
una batalla de la cual resultó victorioso en los campos de Polvorosa, poblado
ubicado en la localidad de Palencia, Provincia de Zamora, España. Sus enemigos los sarracenos salieron
despavoridos ante el ímpetu de los asturianos y atemorizados por la simbología
fatídica para ellos del eclipse de luna, acontecido a la sazón. Polvorosa es el segundo nombre de
varias localidades benavetanas en la
actualidad.
Poner los pies en Polvorosa, o mas bien
fuera de ella, se utiliza aun hoy como recordación de la huida despavorida
acontecida por aquel entonces. Significó y sigue significando salir a toda
velocidad para ponerse a buen recaudo y fuera del alcance de seguros atacantes.
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