2 de septiembre de 2016

El bobo de la yuca

El Bobo de Abela
 

IX
“El bobo de la Yuca”

Marlene María Pérez Mateo                                                 

    Toca el turno ahora en su número nueve a otro personaje  tonto sumamente conocido, en este caso un cubano: “El bobo de la Yuca”. Como tonto aparentemente, dejaba que le tomaran por tal cuando en realidad era sumamente astuto. Su nacimiento fue hacia 1895 en el semanario sarcástico y de denuncia titulado “El bobo”. Se trataba entonces de una publicación peliaguda y de chispeante denuncia social y critica. Sus escritores, bajo seudónimo, destilaban ríos de tinta en sus páginas y bajo las rúbricas “El bobo de Batabanó”, “El bobo de Babieca', “..el de la Yuca” y un gran número de idiotas acompañados de apelativos y gentilicios decían lo que se podía y lo que no, haciendo reventar de la risa a sus lectores. Eso como quien dice sin querer queriendo.

    En 1925 Eduardo Abela, reconocido caricaturista cubano, hizo re-nacer de sus cenizas la idea nuevamente con “El bobo de Abela”. Otro de la misma zaga, un representante del pueblo cubano de la prensa plana, regordete y cachetudo, de esos que las mataba al vuelo y sin dudar. Una especie de “cantinfleo” a otra usanza.

    Marcos Perdomo cogió entre notas musicales a uno de los ya citados “Bobos” e hizo desde Cuba, México y mas allá, girar sobre las tarimas a millones de bailarines con su guaracha de “El bobo de la Yuca”; era entre 1949 a 1951, con las voces de Benny Moré y Daniel Santos. Era una explosión de alegría con ese que se quería casar e invitaba a todo el mundo sin reparos a la catedral, para luego pasar su luna de miel comiendo trapo y papel.

De la serie “Del dicho al hecho no va mucho trecho”.

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