El Bobo de Abela |
IX
“El bobo de la Yuca”
Marlene María Pérez Mateo
Toca el turno ahora en su número nueve a otro personaje tonto sumamente conocido, en este caso un
cubano: “El bobo de la Yuca”. Como tonto aparentemente, dejaba que le tomaran
por tal cuando en realidad era sumamente astuto. Su nacimiento fue hacia 1895
en el semanario sarcástico y de denuncia titulado “El bobo”. Se trataba
entonces de una publicación peliaguda y de chispeante denuncia social y
critica. Sus escritores, bajo seudónimo, destilaban ríos de tinta en sus
páginas y bajo las rúbricas “El bobo de Batabanó”, “El bobo de Babieca', “..el
de la Yuca” y un gran número de idiotas acompañados de apelativos y gentilicios
decían lo que se podía y lo que no, haciendo reventar de la risa a sus lectores.
Eso como quien dice sin querer queriendo.
En 1925 Eduardo Abela, reconocido
caricaturista cubano, hizo re-nacer de sus cenizas la idea nuevamente con “El
bobo de Abela”. Otro de la misma zaga, un representante del pueblo cubano de la
prensa plana, regordete y cachetudo, de esos que las mataba al vuelo y sin
dudar. Una especie de “cantinfleo” a otra usanza.
Marcos Perdomo cogió entre notas musicales
a uno de los ya citados “Bobos” e hizo desde Cuba, México y mas allá, girar
sobre las tarimas a millones de bailarines con su guaracha de “El bobo de la
Yuca”; era entre 1949 a 1951, con las voces de Benny Moré y Daniel Santos. Era
una explosión de alegría con ese que se quería casar e invitaba a todo el mundo
sin reparos a la catedral, para luego pasar su luna de miel comiendo trapo y
papel.
De la serie “Del dicho al hecho no va mucho trecho”.
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