8 de noviembre de 2009


Reflexión

Toma de lo mío, Señor

Es poco, pero te lo doy sinceramente:
Mi tiempo, para que no lo pierda
Mi corazón, para que no se endurezca
Mis pies, para que no se desvíen de tu camino
Mi pensamiento, para que no se aparte de Ti
Mis manos, para que busquen a los demás
Mis ojos, para que te vea en las cosas de cada día
Mis labios, para que te alabe y te bendiga
Mis oídos, para escuchar tu Palabra
Mi alma, para que Tú la llenes con tu presencia.

Javier Leoz
Betania.es
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