4 de febrero de 2012

DUDAS POR ACLARAR



DUDAS POR ACLARAR

Elsa M. Rodríguez

 Siempre que se habla de las guerras en las que se ha visto envuelto el ejército de los Estados Unidos, es casi unánime la reacción de los comentaristas tanto en la radio como en la televisión y en la prensa escrita, manifestando que si una guerra no tenía razón de haber sido, fue la que se inició contra Iraq justificada en su momento por el gobierno de este país, dada la supuesta existencia de unas  armas de destrucción masiva que el mandatario iraquí Saddam Hussein negaba tener, pero que nunca permitía la inspección solicitada por la ONU. Finalmente, y una vez intervenido Iraq por el ejército de los Estados Unidos y varios países aliados, dichas armas no aparecieron. La realidad es que muchos insisten en que sí estuvieron allí, aunque nadie se explica el porqué no fueron encontradas. Todo este asunto cayó como un pesado baldón sobre la figura del que era presidente de los EEUU en aquel momento, George W. Bush, y todos le acusaron de ir a buscar unas armas inexistentes para justificar así su interés por el petróleo iraquí.

Ahora, en lo que se dio por llamar la Primavera Árabe en muchos países del Norte de África, el pueblo se rebeló contra las dictaduras locales. Entre estos países, Lybia, dando como resultado la eliminación física de su dictador Moamar Gadafi. Rusia, como miembro de la ONU, no se manifestó nunca por la intervención por activo y por pasivo de los países miembros de esta organización en los asuntos libios. Ahora, sin embargo, en Siria está sucediendo algo parecido a lo que sucedió en Lybia. Todos los días nos llegan noticias de como se está aniquilando al pueblo sirio mediante la fuerza utilizada por el mandatario sirio, el presidente Bashar-al-Assad.

Nos llama la atención que en esta ocasión el gobierno de Rusia, como fiel aliado y suministrador de armas del dirigente sirio, insiste en vetar cualquier tipo de interferencia en los asuntos de ese país, y nos preguntamos si será porque aquellas armas de destrucción masiva que nunca se encontraron en Iraq se encuentran escondidas en territorio sirio como han manifestado antes muchos analistas políticos, y esto es algo que aparentemente no le interesa al gobierno ruso que salga a la luz.

A ver si resulta que después de todo, no estaba tan desencaminado el presidente George W. Bush. El futuro nos dará una respuesta y nos podrá aclarar estas dudas.

Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL

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