29 de enero de 2012

UNA COSA ES CON GUITARRA...


Una cosa es con guitarra 
y otra con violín

Un buen cubano que después de morir  disfrutaba de la eternidad en el cielo, un día le pidió a Dios que le permitiera darse una vuelta por el infierno para conocer cómo era aquello. Dios lo autorizó.

Se fue pues a conocer el infierno, y lo que vio lo dejó asombrado. Cortinajes fastuosos, bares, cantinas, piscinas…. En fin, ¡una panacea! No faltaba nada: desde decenas de botellas de los mejores licores, güisqui, coñac, champán, hasta  largas mesas atiborradas con los más suculentos manjares. ¡Y las mujeres! ¡Más hermosas e insinuantes que las que nunca pudo disfrutar en su vida terrenal!

Regresó al cielo y, por supuesto, le informó a Dios que quería mudarse para el infierno. Dios lo complació de nuevo. Recogió sus matules y, feliz y confiado,  atravesó las puertas del infierno. Entonces paró en seco...  Todo lo que había admirado la noche anterior había desaparecido. Ni güisqui, ni champan… ni mujeres. Eso sí, mucho calor y mucha candela. Atónito, se descuidó y cayó en una caldera de aceite hirviendo. No pudo más y se dirigió al diablo: “No veo los manjares ni las maravillas que había anoche…. ¿Qué ha pasado?” Y el Diablo respondió:

“Cubano idiota, tú mejor que nadie debías saber que una cosa es ser turista y otra residente…!

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