17 de marzo de 2011

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La virgen Mambisa llega a Cunagua

Por: Yanaisy Sarduy y Ferriol Grasso
Fotos Orlando Guevara y Cirilo Ruiz

 
Bolivia, antiguo Central Cunagua, Ciego de Ávila, 13 de marzo de 2011 (6:00 p.m) / Una calurosa bienvenida ofreció el pueblo de la comunidad Cunagua, ubicado al nordeste de la provincia Ciego de Ávila, a la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, la Viregn Mambisa. Tras cientos de kilómetros en su peregrinar, la Patrona de Cuba dejó atrás su trayecto por predios camagüeyanos para adentrarse en el territorio boliviano.
 
Desde las nueve de la mañana niños, jóvenes y adultos aguardaban ansiosos el añorado encuentro entre el pueblo y la Madre de Jesús, nuestro Mesías. Eternos ¡Vivas!, aplausos enardecidos y mensajes de amor y fidelidad caracterizaron a la entrada de la Virgen Mambisa al poblado de Cunagua. La capilla de esta Comunidad fue reinaugurada el 16 de enero del presente año, tras una reconstrucción de bloques y hormigón sobre la edificación original de madera, típica de finales de 1918. La misma estaba cubierta de tejas francesas estilizadas, adecuadas al sistema constructivo ballom frame.
 
Este 13 de marzo, los bolivianos, junto a feligreses de la diócesis avileña, continuaron el tributo a la Madre de Jesucristo, que se inició en agosto de 2010 por Santiago de Cuba.
 
Así mismo, con plegarias y oraciones dirigidas a Jesús, por mediación de María, se pidió por el bienestar de la patria, por  los dirigentes del mundo para que fomenten la paz y la solidaridad y por el amor al prójimo. De esta forma, los avileños se sumaron a la celebración por los 400 años del hallazgo y presencia de la imagen de la Virgen de la Caridad.
 
Guiados por el obispo de Ciego de Ávila, monseñor Mario E. Mestril Vega,  el arzobispo de Camagüey, monseñor Juan García; así como representantes del clero de ambas diócesis se celebró la Eucaristía, celebración marcada por el gran núemro de fieles congregados frente a la iglesia.
 
Durante su homilía, el Obispo avileño se refirió a como Cristo nos enseña que la vida del hombre no se puede reducir a lo material, pues este necesita también de la palabra de Dios, de la fe y de los valores del Espíritu.  Más adelante, nos recordó que el camino de la fe es el camino del  servicio a los demás (…) este es el camino que siguió María; ella, la llena de gracia, la bendita entre todas las mujeres.
 
Monseñor Mario nos transmitió esperanzas al recordarnos que en este caminar nosotros no estamos solos, la virgen está con nosotros y a ella le decimos: Ven con nosotros al caminar, Santa María ven. Además, nos exhortó a que aunque algunos nos digan que nada puede cambiar luchemos por un mundo nuevo, luchemos por la verdad.  
 
Fotos, ofrendas florales y rostros extasiados daban muestra de la esencia de la devoción por la Virgen durante su estancia en este territorio. Justo cuando el sol se ubicó en el cenit, la peregrina fue trasladada hacia el interior del templo para convertirse en la confidente de cientos de sus hijos.
 
Con los preceptos de la alegría del espíritu y la bendición de Dios Todopoderoso, los cristianos y pueblo en general recibieron a la imagen de la Virgen María en la diócesis de Ciego de Ávila.
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 Por Gioberti Jiménez González
La bienvenida en Cunagua fue protagonizada por una caravana de 27 ómnibus con personas de casi todas las regiones de la diócesis  de Ciego de Ávila, a la entrada del pueblo que escoltó el carro en el que fue exhibida la imagen de nuestra madre hasta la llegada al extenso parque y la iglesia del batey del extinguido central azucarero. Hasta allá llegaron los camagüeyanos: religiosas, jóvenes, adolescentes y laicos en general, acompañados como siempre en nuestra arquidiócesis por el arzobispo, Mons. Juan García, y en esta oportunidad el padre José Gabriel Bastián, párroco de Esmeralda.
Para culminar con la primera parte de la jornada de bienvenida en Ciego de Ávila, se celebró la santa misa en la entrada de la iglesia de Cunagua. Estuvo presidida por Monseñor Mario Mestril, obispo de la diócesis de Ciego de Ávila y nuestro arzobispo camagüeyano, Monseñor Juan García, a quien recuerdan con mucho cariño los habitantes de varias regiones avileñas, por su extensa y profunda labor pastoral cuando la provincia de Ciego de Ávila pertenecía a la diócesis de Camagüey.
Fotos reproducidas de http://cjaronu.worpress.com 
 

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