19 de febrero de 2012

REFLEXIÓN


El paralítico que bajó del techo


… Llegaron cuatro llevando un paralítico,
y como no podían meterlo por el gentío,
 levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús,
abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico...  
Marcos, 2, 2

Me llevan a ti, Señor,
la Iglesia que guarda, pregona y proclama tu Palabra,
la Eucaristía que me llena de Ti
en la que creo, ofrezco, te recibo
y me nutre con tu presencia real y misteriosa.
La oración que me funde a Ti
y me hace sentir tu compañía y tu protección,
la Gracia, que desde el cielo,
me socorre cuando estoy perdido,
me orienta cuando me encuentro despistado,
me inspira, cuando pido la palabra oportuna.
La esperanza de los que creen en Ti.
La alegría de los que esperan en Ti.
El esfuerzo y el sacrificio
de tantos hombres y mujeres
consagrados a tu Santo Nombre.
La mortificación y el testimonio
de tantas personas que, dejándolo todo,
tiran de la gran camilla que es el mundo,
para que ese mundo se encuentre contigo.
¡Cuántas cosas me llevan a ti!

Javier Leoz, betania.es
 

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