23 de febrero de 2012

EL CUADRO DE TODOS JUNTOS


“El cuadro de todos juntos”

Carlos IV denominaba de esta manera el lienzo que en 1800 realizó Francisco de Goya de la familia real española al completo. Alfonso E. Pérez, historiador del arte y director del Museo del Prado durante los años 80, afirma que el artista se inspiró en el retrato de familia del primer Borbón, Felipe V, obra de Lóuis Michel Van Loo, y que la reina María Luisa, al desaparecer prácticamente la familia real francesa, pretendía de esta manera dejar patente que los Borbones españoles habían recogido el testigo de la dinastía de Francia.
 
Goya realiza en Aranjuez este óleo de grandes dimensiones, en donde no falta el homenaje a su admirado Velázquez y Las meninas, colocando a la familia real en una estancia del Palacio de Aranjuez con  dos cuadros al fondo de la sala. Igual que el pintor sevillano, Goya se retrata a sí mismo a la izquierda, junto al reverso del lienzo apoyado sobre su caballete; pero, en cambio, se muestra en un segundo plano y en la penumbra.
 
En la disposición de los protagonistas, Goya sigue un criterio distinto y los viste de gala, situando a la mayoría de forma lineal, apaisada, lo que implica que de los 14 personajes, 9 de ellos se encuentran en primer plano, permitiendo observar sus espléndidas indumentarias, sus bandas honoríficas, sus joyas y condecoraciones y, sobre todo, sus rasgos físicos y su personalidad. 
 
Sobresale el conjunto central en torno a la reina María Luisa, que es el personaje más iluminado y que pasa por ser la verdadera protagonista de la composición, en vez del monarca que, a pesar de ello, se encuentra un par de pasos por delante, según exigía el protocolo.
 
Se ha escrito muchas veces que con este cuadro, Francisco de Goya trató de satirizar a la familia real dejando en la pintura su opinión personal sobre los miembros retratados. Pero posiblemente, Goya, en una lección de profesionalidad y oficio, reflejó los personajes como eran, sin quitar ni añadir nada. Como escribe Alfonso E. Pérez, «No debe verse tras este retrato como demasiado a menudo se ha afirmado, una intención caricaturesca de Goya, sino simple y lamentablemente, el testimonio de una realidad fielmente plasmada por el artista».
 
Y es así, “la familia de Carlos IV”, entre las múltiples opciones de estudio que brinda, sobresale principalmente por su categoría de documento de época. Goya, como cronista excepcional, no juzgó a los protagonistas del cuadro. Posteriormente, el tiempo y la Historia hicieron su trabajo. 

Editado de http://www.fonsado.com

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