23 de mayo de 2011

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El ruego

Alfonsina Storni

Señor, Señor, hace tiempo un día,
soñé un amor como jamás pudiera
soñarlo nadie, algún amor que fuera
la vida toda, toda la poesía.

Y pasaba el invierno y no venía,
y pasaba también la primavera
y el verano de nuevo persistía
y el otoño me hallaba con mi espera.

Señor, Señor, mi espalda está desnuda.
Haz estallar allí, con mano ruda
el látigo que sangra a los perversos.

Que está la tarde ya sobre mi vida,
y esta pasión ardiente y desmedida
la he perdido, Señor, haciendo versos!

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