25 de marzo de 2018

¿QUÉ TENGO YO QUE MI AMISTAD PROCURAS?



¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?

 Marlene María Pérez Mateo

 Conocí del Soneto XVIII de las “Rimas Sacras”  escritas hacia 1644 por Lope de Vega Carpio hace relativamente poco, en la voz autorizada y emotiva de la actriz  Naty Mistral.
      
 Sabida es  la gran elocuencia poética del “Fénix” de las letras hispanas; es muy difícil sustraerse, pues su buena pluma  supo versificar de tal manera  y buen modo dando luz unos tres mil sonetos y otro buen número de otras formas estróficas. La cantidad es asombrosa, pero la calidad no lo es menos.

 “Que tengo yo que mi amistad procuras”  ocupa el lugar dieciséis en una de las publicaciones poéticas donde el autor se debate entre sus propias experiencias personales y su aspiración, su meta dentro de su  cosmovisión ética y religiosa.

Tal es la distribución de las sílabas y la cadencia  fonética. La obra dibujada en imágenes que llega a dar la sensación casi idílica, debido a un fraseo natural y fluido; supuestamente fácil, por parte del autor.

El poema está escrito en primera persona: el autor, y segunda es Cristo. Un Jesús obstinado  en espera de la conversión interna por parte del ser humano. Una conversión aplazada, incómoda  y de difícil aceptación bajo la intercepción de un tercero “un ángel” increpante y paciente.

Sirvan estas líneas de elogio a tan bella obra en homenaje póstumo a la que a ella me acerco, la Señora Mistral.     


                                            Rimas Sacras

                                            Lope de Vega Carpio
                                                 Soneto XVIII

                           ¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
                           ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
                            que a mi puerta, cubierta de rocío,
                            pasas las noches del invierno oscuras?

                             ¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
                             pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
                             si de mi ingratitud el hielo frío
                             secó las llagas de tus plantas puras!
                          
                             ¡Cuántas veces el ángel me decía:
                             «Alma asómate ahora a la ventana;
                              verás cuánto amor llamar porfía».

                              ¡Y cuántas, hermosura soberana,
                              «Mañana le abriremos» respondía
                               para lo mismo responder mañana!
 
Septiembre 8 del 2017
Festividad de la Virgen de la Caridad del Cobre
Para la Semana Santa del 2018


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