22 de junio de 2012

HISTORIA DE LOS CARAMELOS


Los caramelos

El caramelo es un alimento preparado generalmente a base de la cocción de azúcares. Se puede consumir tanto líquido, -como en el caso   del caramelo que se añade por encima del  flan-, o como sólido,  dejándolo deshacer en la boca. En este caso se le suelen añadir sabores de frutas, hierbas u otros aromas.


Nacieron a raíz de la necesidad del hombre por encontrar un alimento ligero que le sirviese de sustento para sus largos viajes, algo pequeño pero que además le produjese energía. También está íntimamente ligado al descubrimiento de lo dulce y sobre todo de la miel. Los primeros dulces, fueron creados con pulpa de fruta, cereales y miel.


Ya en tiempos de Noe, los viajeros preparaban una pasta dulce y jugosa con pulpa de fruta y cereales pulverizados. Incluso los antiguos egipcios preparaban sus caramelos mezclando miel y fruta, y moldeándolos de muy diversas formas. Pero es de la India de donde procede el descubrimiento de usar azúcar para elaborarlos, allí se produjo por primera vez azúcar sólido.


El nombre de caramelo procede del descubrimiento de la caña de azúcar, también llamada “caña de miel” y que en latín la denominaban “canna melis”, lo que finalmente dará lugar a la palabra “caramelo”. Con la “caña de miel” se desarrollaron nuevas y mejores técnicas de repostería, el problema fue que durante siglos fue un producto de lujo no alcanzable por cualquiera.


Se sabe que en la Baja Edad Media se les encuentra en las mesas de la clase social más acomodada, siguiendo el ejemplo de Italia, probablemente porque desde Venecia y Génova se introducía antes que por ninguna otra puerta el azúcar de caña de los árabes. Se trataba de especias (granos de anís o de enebro, clavos... aunque también piñones o almendras) bañadas en el dulce, que se utilizaban de una manera a medio camino entre la golosina y la medicina, teniendo en cuenta que solían tomarse como supuesto remedio contra las pesadas digestiones que provocaban las comidas de la época. De tal manera, los comensales acostumbraban a llevarse a la cama algunos de estos dulces en pequeñas cajitas para facilitar el sueño.


En época renacentista esta especie de bomboneras –(o carameleras, en rigor, aunque el término caramelo no aparecerá hasta el reinado de Enrique IV)- ya eran tan cotidianas que algunos caballeros las llevaban consigo incluso al campo de batalla. Precisamente con la que sería  esposa de Enrique IV, María de Médicis, llegó a París el confitero italiano Giovanni Pastilla, que pondría muy de moda sus caramelos -pastillas- en la Corte.

Fue entonces cuando los niños de la nobleza bautizaron todo este tipo de golosinas  como   bonbon (a la manera infantil, “bon, bon”), algo así como nuestro “rico, rico”.

Parece más obvio que de ahí saliera el “bombón” castellano, aunque para nosotros esta palabra está limitada a la conocida golosina de chocolate, palabra que los portugueses comparten como bombom, los franceses cambian por chocolat y los italianos por cioccolatino.

Es curioso señalar que en países como Venezuela, los caramelos reciben el nombre de "chupeta" y en casos como Perú reciben el nombre de "chupete", mientras que en Colombia se les denomina popularmente colombina o bon bon bum; este último nombre debido a la marca de caramelos colombiana. En los Estados Unidos de Norteamérica reciben el nombre de lollipop, también llamados así en ciertos países de Hispanoamérica.    
    
Fuentes:  wikipedia, funversion.universia.es & elbocho.com 

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