22 de marzo de 2013

LA FUENTE DE LA CIBELES


 
La Fuente de la Cibeles

A la  fuente de Cibeles la conocemos hoy sólo como un monumento artístico, pero en sus comienzos y hasta 1862 fue también de utilidad para los madrileños, ya que tenía dos caños de los que se podía coger agua. Uno de ellos para los aguadores oficiales y el otro para todo el público. 

  Además, del  pilón   bebían los caballos.  Al cabo, como eran de muy difícil acceso para coger agua ya que los caños se encontraban donde hoy en día están los surtidores, el Ayuntamiento decidió cambiar los caños por dos figuras simbólicas a modo de grifos que representaban un oso y un lagarto mitológico, los que además se colocaron de modo mucho más accesible para el público.

En 1895, cuando se  situó la fuente en el centro de la Plaza, se le rodeó con  una verja   para evitar su acceso.  La verja duró poco tiempo y finalmente se eliminó. En aquel momento la mayoría de las gentes ya tenía agua potable en sus casas,  con lo cual se aprovechó para quitar los grifos. Fue entonces cuando se le añadieron a la fuente  los famosos “Amorcillos” en su parte posterior.    Uno sujeta un ánfora que echa agua y el otro una caracola. A mediados del siglo XX la fuente fue reformada de nuevo, momento en que se le añadieron nuevos surtidores, cascadas y la iluminación nocturna.

 La diosa está sentada en un carro sobre unas rocas que se elevan en medio de un pilón redondo. Lleva en sus manos un cetro y una llave y en el pedestal  hay  un  mascarón que eleva el agua por encima de los leones hasta llegar al pilón. También hay una rana y una culebra que siempre pasan desapercibidas.

Los dos leones que tiran del carro representan a personajes mitológicos: Hipómenes y Atalanta, convertidos en leones de piedra por Zeus, que les pilló haciendo el amor en uno de sus templos, y por eso Cibeles los puso a tirar de su carro para mantenerlos siempre juntos.

El Real Madrid celebra sus triunfos en La Cibeles. El 18 de junio de 1986, cuando el entonces futbolista del Real Madrid Emilio Butragueño marcó cuatro goles en un partido de la Copa Mundial de Fútbol de 1986 de México entre las selecciones de España y Dinamarca en la eliminatoria de octavos de final.  Fue el comienzo de la tradición de que el Real Madrid celebrara sus títulos en la diosa Cibeles.

En un principio todo el mundo se encaramaba a la fuente en las celebraciones, pero velando por la conservación del monumento el Ayuntamiento de Madrid restringió el acceso únicamente a los jugadores, pasando más adelante a permitir el acceso sólo al capitán del equipo, colocándose una pasarela alrededor de la fuente para los festejos. En las celebraciones solamente se permite que el capitán del equipo coloque una bufanda a la escultura desde una grúa.

También hemos de comentar que la diosa ha sido víctima de la barbarie callejera, y en dos ocasiones le mutilaron y robaron una mano (la izquierda). La primera vez apareció (1994) pero la segunda (2002) hubo que construir una nueva que ya no es la original.

La diosa Cibeles sigue ahí, en mitad de la Plaza que lleva su nombre desde después de la guerra y mirando hacia Sol, donde empiezan los caminos de Madrid. Rodeada de cuatro magníficos edificios representativos de la ciudad.  La Cibeles ha sido, es y será uno de los grandes símbolos de Madrid.

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