4 de septiembre de 2009


Los tranvías de mi ciudad


Ana Dolores García

Trenes y tranvías
La ciudad de Camagüey, en el centro de la región ganadera más importante de la Isla de Cuba, rica a la vez en campos de caña y grandes centrales azucareros como lo fueron Jaronú y Esmeralda, -por mencionarlos con sus nombres originales-, fue también una de las pocas y privilegiadas poblaciones de América que, desde las postrimerías del siglo XIX, tuvo tranvías recorriendo sus angostas y retorcidas calles.

Los orígenes del transporte sobre rieles en Cuba se remontan a 1837 al inaugurarse, el 19 de noviembre de ese año, el primer tramo de la línea que unía a la ciudad de La Habana con el pueblo de Bejucal, adelantándose así a todos los otros países de Hispanoamérica y aún a la propia Metrópoli, España. Muy pocos años después, en 1846, comenzó a funcionar en la región de Camagüey el segundo ferrocarril de Cuba, que enlazaba a Puerto Príncipe con el más importante puerto de la región, el de Nuevitas, por donde llegaba un notable flujo de pasajeros y de carga en general, ya que el transporte marítimo era por entonces la principal y más rápida vía de comunicación.

Cuba tuvo uno de los primeros trenes de tracción animal en el mundo, que cubría el recorrido entre Regla y Guanabacoa, inaugurado en 1843, mientras que la ciudad de La Habana estrenaba su primer tren urbano en 1858, adelantándose nuevamente a todas las ciudades de Europa, con excepción de París

Ana Dolores García
Copyright 2004

Ilustración: Google


No hay comentarios:

Publicar un comentario