La
tragedia del Lusitania
Cuando
pensamos en tragedias navales del pasado siglo, es normal centrarnos en el
hundimiento del Titanic, del que se cumple un siglo durante el presente año.
Sin embargo, hubo otra gran tragedia apenas tres años después, el hundimiento
del Lusitania.
El
caso del Titanic fue un desgraciado accidente, un choque con un iceberg, sin
embargo, el del Lusitania se puede considerar uno de los más terribles crímenes
de guerra.
Este
barco, con nombre de provincia romana ibérica, (Portugal y Extremadura), portaba
bandera británica y servía para unir por mar Europa y Estados Unidos. Era
parte de la flota completada por el Aquitania y el Mauretania.
Sin embargo, su fama no le llegó por las medidas,
por el número de pasajeros o por la ruta, sino porque su hundimiento supuso la
entrada de los EE.UU. en la I Guerra Mundial.
Transcurría el día 7 de mayo de
1915 y el Lusitania se acercaba a las costas británicas casi el final de su
trayecto desde Estados Unidos, cuando a media tarde recibió un disparo desde un submarino
alemán que provocó una gran explosión.
Una segunda explosión llegó a
continuación y el hundimiento fue rápido, sólo 18 minutos tardó en verse
envuelto en agua. Casi 2.000 personas perecieron, entre ellas, la mayoría
norteamericanas. Solo 761 pasajeros lograron ser rescatados.
Alemania
había amenazado al buque advirtiendo que pasar por aguas en guerra no era lo
conveniente. Además el gobierno germano creía firmemente que el barco, además
de pasajeros, contenía toneladas de armamento dirigidos al gobierno británico.
El
buque se hundió a más de 96 metros de profundidad. Quedó sobre su quilla
levemente inclinado a estribor, prácticamente entero. Allí permaneció durante
muchos años. Durante la baja marea, a los pescadores locales les era posible
divisar las sombras de sus mástiles.
Cuando
por fin la tecnología permitió sumergirse a mayores profundidades, el Lusitania
ya se había desmoronado sobre su costado de estribor. El gobierno inglés
siempre interpuso una multitud de obstáculos para explorar el pecio, y a menudo
lo usó como objetivo para prácticas de tiro de torpedos, siendo ésta una de las
causas de su mal estado.
National Geographic aborda en un extenso documental, de hora y media, las claves de ese caso que sacudió al mundo en 1915. Cuando la Guerra transcurría en Europa, y parecía que Estados Unidos no iba a
intervenir, este hecho fue detonante para una futura intervención militar
norteamericana.
El
documental sigue los pasos de un grupo de expertos que quieren reconstruir los hechos y
tratar de encontrar una explicación a la segunda explosión que dictó la
sentencia de muerte del Lusitania. ¿Realmente iba cargado de armamento y
explosivos, lo que habría provocado esta segunda explosión, o se debió a otras
causas?
En ese reportaje se puede ver que en 1970 se le extrajeron las
hélices. Además del avanzado deterioro general, se puede observar también que
el fondo de la proa casi no existe, habiendo evidencias de una gran explosión
desde adentro hacia afuera. Es imposible que este daño haya sido causado por un
torpedo alemán de esa época, tipo G de baja penetración.
Hoy en día el siniestrado barco va consumiéndose
rápidamente, producto de las agitadas y oxidantes aguas irlandesas, casi
totalmente achaflanado sobre su costado de estribor. Esto es debido a la
calidad del hierro empleado en su construcción. Sus chimeneas yacen derruidas
en el fondo. Solo la proa permanece erguida, enfilada a Queenstown, el puerto
adonde nunca llegó.
Fuentes:
ABC, madrid
wikipedia,org
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