PHOENIX, 10 Ago.09 (ACI). - El Dr. Adolfo Orozco, experto investigador de la Tilma en la que está grabada la imagen de la Virgen de Guadalupe, señaló que el extraordinario estado de conservación de esta reliquia sagrada «está completamente fuera de todo tipo de explicación científica».
En su conferencia el experto explicó que «todas las telas similares a la de la Tilma que han sido colocadas en ambientes húmedos y salinos como el que rodea a la Basílica no han durado más de diez años».
Una pintura que copia la imagen, hecha en 1789, confirma esto. «Esta imagen fue pintada con las mejores técnicas de su tiempo, la copia era hermosa y estaba hecha con una tela bastante similar a la de la Tilma original. Además, también estaba protegida con un vidrio desde que fue colocada allí», indicó. Sin embargo, «ocho años después esta copia tuvo que ser desechada porque estaba perdiendo los colores y las fibras se estaban rompiendo. En contraste -precisa Orozco- la Tilma original ya había estado siendo expuesta por 116 años sin ningún tipo de protección, recibiendo todos los rayos infrarrojos y ultravioletas de decenas de miles de velas que estaban cerca de ella, y estaba expuesta a la humedad y el aire salino que rodea al templo».
Tras comentar que la Tilma está hecha de las fibras del agave, Orozco relató dos hechos milagrosos. El primero ocurrió cuando accidentalmente se derramó un líquido conteniendo ácido nítrico en la parte derecha de la tela. «Está fuera del entendimiento natural que el ácido no destruyera el tejido ni que dañara su coloración», precisó.
El segundo, dijo luego, se relaciona con la explosión de una bomba cerca de la Tilma, en 1921, y que destruyó todos los vidrios en un amplio radio. Sin embargo, ni la Tilma ni el vidrio común que la protege fueron dañados o se rompieron. Lo único afectado fue un Cristo de hierro que terminó doblado. No hay una explicación natural para este evento, agregó.
El Dr. Orozco es físico e investigador del Instituo de Geofísica de la Universidad Autonómica de México desde 1970. Ha publicado 13 trabajos en revistas internacionales de su área de investigación y ha presentado 42 trabajos en Congresos Nacionales e Internacionales sobre su especialidad. Fue Socio Fundador y Secretario General del Centro Mexicano de Sindonología de 1983 a 1998, que dirige desde 1999. Es miembro del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos desde septiembre de 2004.
En su conferencia el experto explicó que «todas las telas similares a la de la Tilma que han sido colocadas en ambientes húmedos y salinos como el que rodea a la Basílica no han durado más de diez años».
Una pintura que copia la imagen, hecha en 1789, confirma esto. «Esta imagen fue pintada con las mejores técnicas de su tiempo, la copia era hermosa y estaba hecha con una tela bastante similar a la de la Tilma original. Además, también estaba protegida con un vidrio desde que fue colocada allí», indicó. Sin embargo, «ocho años después esta copia tuvo que ser desechada porque estaba perdiendo los colores y las fibras se estaban rompiendo. En contraste -precisa Orozco- la Tilma original ya había estado siendo expuesta por 116 años sin ningún tipo de protección, recibiendo todos los rayos infrarrojos y ultravioletas de decenas de miles de velas que estaban cerca de ella, y estaba expuesta a la humedad y el aire salino que rodea al templo».
Tras comentar que la Tilma está hecha de las fibras del agave, Orozco relató dos hechos milagrosos. El primero ocurrió cuando accidentalmente se derramó un líquido conteniendo ácido nítrico en la parte derecha de la tela. «Está fuera del entendimiento natural que el ácido no destruyera el tejido ni que dañara su coloración», precisó.
El segundo, dijo luego, se relaciona con la explosión de una bomba cerca de la Tilma, en 1921, y que destruyó todos los vidrios en un amplio radio. Sin embargo, ni la Tilma ni el vidrio común que la protege fueron dañados o se rompieron. Lo único afectado fue un Cristo de hierro que terminó doblado. No hay una explicación natural para este evento, agregó.
El Dr. Orozco es físico e investigador del Instituo de Geofísica de la Universidad Autonómica de México desde 1970. Ha publicado 13 trabajos en revistas internacionales de su área de investigación y ha presentado 42 trabajos en Congresos Nacionales e Internacionales sobre su especialidad. Fue Socio Fundador y Secretario General del Centro Mexicano de Sindonología de 1983 a 1998, que dirige desde 1999. Es miembro del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos desde septiembre de 2004.
Ilustración: web
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