Doctora María Isabel Farfante Pérez
Marlene María Pérez Mateo
Supe
por medio del escritor cubano Carlos Franqui, acerca de la doctora Isabel Pérez
Farfante. La mención de la científica e investigadora es nombrada, en mas de
una ocasión, en la obra póstuma de Franqui, fue una invitación mas que válida
para echar a andar pesquisas; y aquí en breves líneas van los resultados.
María Isabel Farfante Pérez, hija de
españoles inmigrantes, nació en La
Habana en 1916. Cursó parte de sus estudios generales en Asturias, tierra de
sus padres y luego en la Universidad Complutense de Madrid. El estallido de
Guerra Civil y la afiliación republicana de sus padres precipitaron el regreso
a su patria donde años después se gradúa como Doctora en Ciencias en la capital
cubana. En 1941 se casó con el
economista y geógrafo Gerardo Canet, su compañero toda la vida. Un lustro después
recibió las becas Guggenheim y Alexander Agassiz para estudiar biología,
ecología, oceanografía y zoología, recibiendo en tiempo record dos cursos
después la Maestría en dichas especialidades en la Universidad de Harvard. Fue
la primera mujer en recibir un Doctorado de la Universidad de Ivy League.
Corría
el año 1948. A su regreso a Cuba trabajó como profesora universitaria y en el
Instituto de Investigaciones Pesqueras cubano. Se encaminó esencialmente en el
estudio del camarón y otros crustáceos. El matrimonio Canet-Farfante fue puesto
en la lista negra del recién instalado gobierno cubano de 1959. Dejando todo
atrás y con solo las maletas se incorporaron a trabajar en el Museo de Zoología
Comparada de Cambridge y luego en el Museo de Ciencias Naturales de Washington,
DC. Adicionó a todo ello el rol de
investigadora independiente. Luego de su jubilación en 1998 pasó a vivir a Cayo
Vizcaíno, donde continuó colaborando con
colegas e instituciones. Falleció en su residencia en el 2009.
No han sido pocas las referencias
elogiosas escritas por los compañeros de profesión de María Isabel. Fueron
muchas sus aportaciones en el campo de la biología marina, pero es fácil
entender que su calidad humana superó con creces la obra académica; siendo su
familia con su esposo Gerardo el mayor patrimonio Dio mucho de si a sus alumnos, siendo una
fuente de valores y conocimientos. Tuvo en gran estima las enseñanzas de su
predecesor el doctor Carlos de la Torre Huerta.
Se le recuerda como una persona de una vasta y versátil cultura.
Admiraba la pintura cubana con creces y vivió rodeada por medio de la plástica
de la isla que tanto amó.
Marlene María Pérez Mateo
Marzo 4, 2014
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