6 de septiembre de 2013

Bella vida, Serafina Núñez...



¡… bella vida, Serafina Núñez!

Marlene María Pérez Mateo

Este 14 de agosto del 2013 Serafina Núñez hubiera cumplido 100 años. Aunque con gran celo guardaba entre mis papeles de archivo parte de su obra y algunas semblanzas, no se forjaba aun en mí la idea total de dar vida por medio de mi pluma a una reseña sobre la escritora. Valdría decir que este mes augusto ha hecho confluir la madurez, aun no total de mis palabras sobre la autora, lo valioso de su hacer  y el centenario de esta abuela generacional para los de mi tiempo y vocación la de las letras.
                             
Alguien muy sabio dijo, parafraseo a continuación: “..lo bueno nunca llega tarde…” Suscribo con punto y raya la sentencia,  con  un tanto de nostalgia y otro  de lamento. ¿Por qué cabe preguntarse?  La poesía, el hacer y el conocimiento de la vida de Serafina Núñez ha llegado a mí y sé también a otros muchos cubanos de mas allá de mitad del siglo XX, estando en la diáspora y un tarde. Desde 1962 hubieron de pasar 30 años para que se escuchara hablar de ella. Es triste pero cierto. Ella misma presagió tal misterio en sus versos  noveles : “...El tiempo te vigila, te sorprende, te encarcela, te anula...”

Mercedes Serafina Núñez Villavicencia Ortiz nació en La Habana en la calle Concordia entre Espada y Hospital un 14 de agosto de 1913.  Queda huérfana de madre a la edad de 7 años. Por eso llegaron a su vida una madrastra y 4 medios hermanos. De ellos escribió años después que habían sido mas que generosos y de su madrastra tuvo una vocación de servicio imperecedera e impulsora en su vida.

Estudio para Maestra Normalista en su ciudad natal y se graduó en 1936. Un lustro después presentó al “Festival de Poesía Cubana” su primera colección de poemas bajo el titulo “Mar cautiva”. Y cautiva nada mas y nada menos que a Juan Ramón Jiménez, quien la descubre e incluye en la  antología por él creada, “La poesía cubana”(1936), y prologaría en 1942 de la autora el poemario “Vigilia y secreto”. En 1947 concluye en la Universidad sus estudios de ciencias pedagógicas. Serafina fue fundadora de la “Unión Nacional de Mujeres” y de la agrupación “Nuestro tiempo”, ambas instituciones de puntera en el ámbito intelectual, social y académico.

Hubieron de pasar tres pesadas décadas, en 1992 la UNESCO, el Frente de Afirmación Hispánica de México y la Fundación Juan Ramón Jiménez; re-descubren a la vieja maestra, la sacan del ostracismo y como buena “perla” deja ver su talento con su nuevo libro “Los reinos sucesivos”; haciendo un total de 10 poemarios  publicados. Le fue otorgado en 1995 el Premio Nacional de Literatura. En el 2011 la Feria Internacional del Libro de Miami le es dedicada siendo invitada de cabecera. Sus antiguos colegas y sus nuevos admiradores le arroparon con cariño, respeto y admiración. Los Nobels de Literatura, 2001 Naipul y 2010 Vargas Llosa estuvieron entre sus pupilos en dicho evento.


Serafina escribió décimas, sonetos, nocturnos y poesía libre.  En sus versos traslucen sus inquietudes existenciales, sus angustias, su lucidez y su sensibilidad.  A ella acuden las interrogantes del género humano permanentes a través de los siglos. Es la suya una poesía profunda sin llegar a ser densa, íntima y acogedora. Su tema por excelencia: el tiempo; y con él, el mundo, el hombre; todo esto con mayúsculas y sin  megafonías, algo verdaderamente difícil, arte de sabios.

 Un 14 de febrero escribí con grato placer sobre el enamorado cubano por excelencia: el poeta José Ángel Buesa. Hoy escribo y valga acto feliz sobre la que fue su novia, Serafina Núñez. Este es uno de esos lujos en la patria cubana.

Esta maestra y maestra del verso recibió no pocos elogios, en vida. Ahora aunque no se cuenta ya entre nosotros, quisiera sumarme a tan altas voces de elogio sobradamente merecido. Gabriela Mistral le  describió premoritoriamente a ella y a su obra: “Parecen clavos de olor, y también nuez moscada o pimientos quemados  ¡Lindo libro, bella vida, Serafina!

Marlene María Perez Mateo
Agosto 2013
Elizabeth, New Jersey


A  un ruiseñor amaneciendo

Serafina Núñez

Dulce señor del reino que enamora
inventando la estatua del desvelo
por el agua sin fin donde ya es vuelo
la partida granada de su aurora.

¿Para la alcoba de qué dios implora
el herido diamante de ese cielo
goteando en tu garganta?...¿Qué alto
tu canto muda en brasa, y fluye y dora,

alba perfecta en música inaudita,
y sostiene las ideas del rocío
y detiene la muerte a su albedrío?

Un ángel en tu voz alza su coro
y en las serenas márgenes habita,
en pura nieve derramado oro.

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