16 de marzo de 2013

LLEVADLE A TORDESILLAS


LLEVADLE A TORDESILLAS

Por Elsa M. Rodríguez

Lamentablemente en Venezuela no existe ninguna ciudad que se llame Tordesillas. Si existiera, seguramente que pronto tendrían que llevar allí a una o más personas, para tratar de que las mismas vuelvan en razón.

Según nos contaron desde Caracas, el que fuera presidente-dictador, Hugo Chávez Frías falleció a las 5:20 de la tarde del pasado 5 de Marzo, producto de un paro cardíaco. Recordemos que Chávez había estado bajo cuidado médico desde hacía mucho tiempo atrás, ya que desde mediados del 2011 se quejaba de dolores en una rodilla, luego de un tumor pélvico, luego dijo que tenía cáncer, después que ya estaba mejor, luego se alegró de que ya estaba limpio de cáncer, para volver a decir que tenía que regresar a Cuba, donde se ha estado tratando de todos sus males desde que los mismos comenzaron, hasta que finalmente y después de mucho estira y encoje y de muy diversas versiones, de si había fallecido o no, de si estaba entubado o no, de si había regresado por sus propios pies a Caracas, porque alguien le había visto y otros decían que no, pero al fin y después de aparentemente dudar si lo decía o no, su heredero Nicolás Maduro le dijo al mundo que su Comandante ya había fallecido.

Después de lo dicho, Maduro descansó y comenzó la odisea del cuerpo del fallecido Chávez; le hicieron recorrer por todas las calles de la ciudad por horas y horas, lo instalaron en capilla ardiente para que todo el pueblo le pudiera ver y así lo hicieron, por días y días. Dijeron que lo embalsamarían para que quedara para siempre a la vista de todo su pueblo. Posteriormente dijeron que no, que los expertos decía que no podía ser embalsamado.

Nicolás Maduro, como amoroso guardián de su jefe, cuida de que su cuerpo viaje de aquí para allá y de allá para acá. Tal parece que Nicolás Maduro se hubiese convertido en la forma encarnada de la reina española que al morir su marido Felipe El Hermoso, lo paseó por meses y meses, haciendo que militares y gente de la nobleza les acompañasen en este periplo del rey muerto junto a una esposa que había enloquecido por la muerte del amor de su vida, por lo cual la Historia la recuerda como Juana La Loca, por lo cual tuvo que ser recluída en Tordesillas.

Esperamos que no sea éste el caso de Nicolás Maduro y que no haya enloquecido por la muerte de su tan admirado Hugo Chávez Frías, porque al paso que va, tal parece que quiere repetir la hazaña de la hija de la Reina Isabel La Católica, lo único que como no existe en Venezuela una ciudad que se llame así, no habrá donde llevar a Maduro para recluirle, para ver si recupera la razón y los venezolanos puedan descansar de tanto ajetreo y puedan organizar sus vidas. Porque de no ser así, es posible que de ahora en adelante tengamos que hablar del aspirante a la presidencia de Venezuela, como de Nicolás, el Desquiciado.

Elsa M. Rodríguez
Hialeah, FL

1 comentario:

  1. Anónimo3/16/2013

    Gracias amiga por publicarme este trabajo.
    Elsa M. Rodríguez

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