Vaclav Havel
Ha sido una sentida ceremonia de su pueblo, con dolor profundo por la muerte de un hombre que le devolvió al país libertad, bienestar y estabilidad política sin derramamientos de sangre. Fue un patriarca de la civilidad y así será recordado por el mundo. Havel representó acaso el más incómodo puntal del comunismo estalinista, rechazado también, con sobradas razones, por Fidel Castro y los artífices del totalitarismo tropical.
La última ceremonia fue en la Catedral de San Vito, en Praga, en presencia de personalidades y líderes mundiales como el presidente francés Nicolas Sarkozy, la canciller alemana Angela Merkel, el ex presidente polaco Lech Walesa, el presidente israelí Shimon Peres y el matrimonio de Hillary y Bill Clinton.
Recogido de Cafefuerte.com
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