EL DOLOR DE UNA FORTALEZA
María Teresa Trujillo
San Carlos de la Cabaña
“El dolor del presidio es el más rudo, el más devastador de los
dolores,
el que mata la inteligencia y seca el alma
y deja en ella huellas
que no se borrarán jamás”
-José Martí-
Es la mayor edificación militar construida por
España en América, al cubrir un área de 700 m de largo por 240 de ancho. Está situada
a la entrada de la Bahía de La Habana, junto a la fortaleza de San
Salvador de La Punta y del Castillo de la Real Fuerza -estas
dos en terreno de la Habana- y llegaron a formar la defensa
militarr frente a cualquier futuro ataque enemigo, como había
sucedido cuando los ingleses tomaron el Castillo del Morro.
Desde la loma conocida entonces con el nombre de Cerro de la
Cabaña y sirviéndose de esa privilegiada posición, situaron su
artillería inglesa atacando y dominando a la Ciudad de La Habana. Tiempo después
Inglaterra restituyó la ciudad -en 1763- a cambio de la Florida. Es así
que, en esa loma y en noviembre de 1763 empezó a
edificarse la fortaleza San Carlos de la Cabaña detrás
del Castillo de los Tres Reyes del Morro, en el alto litoral de
la zona Este del puerto de La Habana, en terreno cedido
gratuitamente por su propietario Agustín Sotolongo. Fue construida la fortaleza
bajo la orientación del ingeniero militar Brigadier Silvestre Abarcar, y desde
ella se domina la vista de La Habana, capital de la Isla de Cuba.
Con sus 10 hectáreas de extensión y sus extensos
muros resultó sin duda alguna no solo ser la mayor de Cuba
sino de toda la America.
Las murallas
Desde la fortaleza de la Cabaña se disparaba al amanecer un cañón que
servía de anuncio-apertura de los portones de la muralla que,
con sus de 10 metros de altura, circundaba la ciudad de La Habana, al
igual que a la noche el cañonazo avisaba el cierre total de esos
portones. Así quedaba protegida la ciudad. El mismo anuncio
servía para retirar en la mañana las "cadenas" que la noche anterior
habían cerrado la entrada de barcos al puerto habanero, "cadenas"
ubicadas entre los castillos del Morro y el de La Punta.
Se sabe que en la fortaleza de San Carlos de la Cabaña
trabajó Mariano Martí Navarro, sargento primero de la cuarta
batería de la primera brigada del Regimiento de Artillería, hasta abril del
1854 cuando fue promovido al cargo de sargento de brigada.
Varios años más tarde y tras el hallazgo de una carta dirigida a
Carlos de Castro y de Castro en la casa de los Valdés Domínguez, a Fermín se le
impuso una pena de seis meses de arresto en esa misma fortaleza a partir
del 4 de marzo de 1870. Meses después José Martí ingresaba a este lugar cuando,
tras múltiples gestiones de sus padres, fue autorizado su traslado desde
la Cárcel Nacional donde cumplía condena por el delito de infidencia, por cuya
acusación realizaba trabajo forzado en las Canteras de San Lázaro.
El Paredón Nacional
El Foso de los Laureles es un sitio tristemente célebre, ubicado en la fortaleza San Carlos de la
Cabaña. Éste es el Paredón Nacional, lugar en el que, cuando Cuba era
colonia española, se ajusticiaba al cubano cuyo único delito era ver a Cuba
Libre. Se fusilaba además en el "foso del Morro"
y en el foso que está detrás de "las galeras".
El poeta y escritor cubano –oriundo de Bayamo- Juan Clemente Zenea, que
ejerció gran influencia en la literatura cubana marcando una nueva línea
en la poesía hispanoamericana, el 25 de agosto de 1871, con las manos
atadas y los ojos vendados, recibió la muerte en el Paredón Nacional de La
Cabaña, en cuyo muro aún se conserva el cenotafio dedicado a la
memoria del patriota.
Su situación política a favor del inicio de la Guerra
Grande lo había expuesto a situaciones delicadas. Intentó viajar a
los Estados Unidos y fue interceptado por una columna española y puesto en la
cárcel. Después de siete meses de prisión en la fortaleza de La
Cabaña fue fusilado. Son muchas las obras literarias y artículos
periodísticos que publicó en su relativamente corta vida. Su padre era un
militar español y su madre fue hermana del poeta cubano José Fornaris.
El doloroso regreso de la Cabaña
A mediados del siglo XX, esta fortaleza regresó a reflejar una
muchísima más profunda angustia por injustificados
fusilamientos –sin una defensa eficaz en un juicio.
Con la llegada de la revolución cubana al Gobierno Central en
enero de 1959, el argentino Ernesto Guevara ocupó militarmente la fortaleza
de la Cabaña, denigrando el total valor de aquella
edificación que se había construido con el fin de proteger a la población
habanera. Allí, Guevara estableció su comandancia y su propio estratégico
lugar para fusilar a cientos y cientos de ciudadanos, no solo del
personal militar del gobierno anterior, sino también de sus ex-compañeros
de lucha revolucionaria por el solo hecho no aceptar las ideas socialistas del
recién implantado gobierno cubano. Intenciones anti-democráticas que todos
desconocían durante la lucha. Desde entonces, además, miles de valiosos
hombres guardaron prisión y sufrieron inhumanas torturas.
Durante los primeros meses Guevara supervisó personalmente los
fusilamientos que se llevaban a cabo, ordenados por él mismo con la
aprobación del líder revolucionario sin el debido proceso judicial de acuerdo a
la Ley, y sin dejar resumen de fecha y horario de las brutales ejecuciones que
allí se realizaban, por lo que se desconoce el número exacto de víctimas en
aquellos primeros meses de la revolución en el poder.
Así, las paredes de la Cabaña, fortaleza fundada –repetimos- para proteger
a la población, volvían a sentir las angustias de la época colonial.
Ni tan siquiera los altos muros ni el cercano murmullo del oleaje
marino, apagaban la voz del jefe del pelotón de fusilamiento al ordenar: ¡apunten!
...¡¡fuego!!... Muchísimas fueron las noches en que se escuchaba el ruido de las armas
tratando de acallar a los opositores del nuevo régimen revolucionario, en
tanto los ciudadanos antes de morir gritaban:
¡Viva Cristo Rey!
Recordemos siempre lo que una vez declaró José Martí y que los hombres
de la revolución socialista olvidaban:
"La independencia de un pueblo
consiste
en el respeto que los poderes
públicos demuestren
a cada uno de sus hijos"
Publicado en el
semanario LIBRE y en su edición digital LIBREonline-
Julio 25,
2014
ashiningworld@cox.net
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