Presidente a la Conferencia
de Obispos Católicos de Cuba
habla de la visita del Papa
Monseñor
Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la
Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), concedió una entrevista a
María C. López Campistrous para el portal iglesiacubana.net en la que evalúa la importancia de la próxima visita del papa
Francisco a la isla.
Esta entrevista constituye
una oportunidad única de conocer la perspectiva de la jerarquía católica cubana
sobre esta visita histórica. A continuación, reproducimos la entrevista
completa:
El papa
Francisco vendrá a Cuba, fue la noticia que circuló en el mundo a finales del
mes de abril. Sin lugar a dudas el anuncio causó asombro, 17 años y tres
visitas de Papas a Cuba y muchos se cuestionaban por qué una Iglesia tan
pequeña recibía esta gracia… ¿Cómo lo interpretaría usted?
Como un don de Dios. Es una
gracia que tres papas hayan venido a ejercer su ministerio en Cuba, y a
dejarnos su Magisterio, además un compromiso grande, como la paz que es a la
vez don y tarea.
San Juan Pablo II vino como "Mensajero
de la Verdad y la Esperanza", la verdad sobre Jesucristo y la esperanza en
Él que nunca cae, que no defrauda como dice nuestra Carta Pastoral.
Benedicto XVI vino como
"Peregrino de la Caridad" en un momento muy singular y especial para
nuestra Iglesia y nuestra Patria, conmemorábamos los 400 años del hallazgo de
la imagen de la Virgen de la Caridad.
El papa Francisco vendrá
como "Misionero de la Misericordia". Dios es Amor, es Misericordia.
Él viene a comunicarnos la verdad sobre Dios, sobre el hombre, sobre la iglesia
que, a su vez, tiene la misión de transmitir la verdad sobre Jesucristo que es
el que da sentido a la vida del hombre; sentido de la vida que para los
cristianos está informada por el amor. Nosotros no entendemos la vida como un mero
producto de la naturaleza, sino que el amor está ahí, desde el comienzo; no son
leyes las físicas y químicas, es el amor lo que va haciendo que el hombre se
vaya desarrollando, vaya alcanzando la plenitud que es precisamente la vida en
el amor.
Insisto, es una dicha y un
compromiso. Apenas dos años después de haber estado en la preparación y acogida
de Benedicto XVI, comenzábamos a preparar la visita de Francisco; y esto ayuda
mucho a la iglesia. Cuando la comunidad se mete de lleno en la convocatoria, cuando
se prepara espiritualmente, se fortalece, crece.
Poco más de tres
meses antes, se había producido el anuncio oficial del restablecimiento de
relaciones diplomáticas entre los Gobiernos de Cuba y Estados Unidos, anuncio
hecho de manera simultánea por los dos presidentes y ambos, en sus discursos,
agradecieron de manera particular al papa Francisco por su apoyo e
intervención. En ese contexto, se comunica la visita de Su Santidad a Cuba como
primera etapa de un solo viaje que incluiría Cuba y Estados Unidos… Para muchos
esta visita representa también el confirmar el paso dado por los dos Gobiernos.
¿Cómo lo ve usted?
Realmente me gusta este
inicio de relaciones. Estábamos separados hace 55 años, los Gobiernos de Cuba y
Estados Unidos no habían tenido encuentros oficiales de este tipo, sino solo
aquellos circunscritos a determinados temas o asuntos. Con la participación del
papa Francisco, de la Iglesia en este caso, se apoya este importante paso,
encuentro.
Creo que todo lo que se haga
para unir, viene de Dios; todo lo que se haga para unir teniendo a la persona
humana en el centro; porque el trabajo de cualquier gobierno tiene que ser el
bien de la persona humana. Y este ha sido un paso muy importante para los dos
países, para los dos pueblos.
Para el pueblo cubano muy
importante, pues en Estados Unidos reside un número significativo de cubanos, y
esto va a contribuir a facilitar el encuentro entre familias que están
divididas por el tiempo, por la distancia, talvez divididas por opiniones
políticas contrarias o, sin el talvez, por visiones diferentes de cómo
organizar la sociedad.
Y el hecho de que se haya
escogido considerar este viaje como un solo viaje Cuba-Estados Unidos, es muy
significativo. Es un paso adelante. ¿Qué mañana mismo van a sortearse todas las
dificultades? No podemos ser tan ingenuos, pero sí creemos que debe seguirse
con el mismo espíritu y dar los pasos para que se pueda realizar. Y esto debe
ser un aliciente, para que los cubanos independientemente de nuestra manera de
pensar nos pongamos de acuerdo en las cosas fundamentales para el futuro del
país.
Por eso es sin lugar a dudas
una visita significativa. El último encuentro que el Papa tiene en Cuba será
con las familias, y de aquí parte precisamente a Estados Unidos donde
participará en el Encuentro Mundial de Familias que se celebrará en Filadelfia.
La familia es tema constante en cualquier país o realidad humana, próximo está
el Sínodo de las Familias que comenzará en octubre… la preocupación por las
familias no es solo un problema cubano, sino de la iglesia y del mundo entero;
una realidad que nos está diciendo que debemos actuar para que la familia se
fortalezca, primera célula de la sociedad donde el hombre nace y se forma para
crecer en humanidad.
Son dos temas importantes:
las nuevas relaciones entre Cuba y Estados Unidos que la iglesia ha animado, en
la persona del papa Francisco particularmente y la familia, tema igualmente
importante para el futuro de Cuba, Estados Unidos, de toda la humanidad.
Para la
arquidiócesis de Santiago de Cuba será gracia doble, pues en las tres
oportunidades, la ciudad de Santiago de Cuba y El Cobre en las dos últimas ha
sido sede (o lo será) de las celebraciones. Aparentemente puede parecer que no
está sucediendo nada, pues no hay preparativos "externos". ¿No sucede
nada?
Creo que sucede mucho pero
en otros aspectos. En las visitas anteriores, el tener celebraciones en la
plaza pública trajo aparejado mucho movimiento externo, había que construir el
altar. Con Juan Pablo II era la novedad, primer Papa que pisaba la tierra
cubana, era otro momento el de hace 17 años atrás, el entusiasmo y la
expectativa de cómo vamos a recibirle, qué nos va a decir el Papa, cómo será
acogido por la gente… eran toda una serie de incógnitas que la vivía tanto la
Iglesia como el pueblo. No hubo mucha propaganda previa a la visita. Pero tuvimos
mucho más tiempo para prepararla, todo el trabajo se realizó en la comunidad, y
esto hizo que la preparación se notara más.
La visita del papa Benedicto
XVI, que la deseábamos todos y que pudo concretarse, tuvo un preámbulo muy
especial con el recorrido de la Virgen Peregrina. El pueblo entero había gozado
de la presencia de la imagen de la Virgen de la Caridad desde Punta de Maisí
hasta el Cabo de San Antonio, momentos conmovedores que sirvieron para preparar
la visita. Él vino como Peregrino de la Caridad, fue hasta El Cobre y allí rezó
ante la imagen de la Virgen. Al igual que con la visita de Juan Pablo II, la
Virgen se había traído desde El Cobre hasta la Plaza Antonio Maceo pues allí se
celebró la Misa, pero después él fue hasta el Santuario como Peregrino. Como
hacen todos los cubanos, el papa Benedicto encendió un cirio y le regaló una
rosa (le llaman la rosa de oro que se conserva a los pies de la imagen en el
Santuario del Cobre). Estos momentos fueron de profundo significado y vivencia
de fe.
Fue muy corta la
preparación. Ahora hemos tenido un poquito más de tiempo para prepararnos, casi
un mes más. ¿Cuál es la diferencia en esta ocasión? En nuestra arquidiócesis no
vamos a celebrar la misa en una Plaza, toda la preparación se encamina a comunicarle
al pueblo quién es el Papa y por qué viene a Cuba.
Pero tendremos dos momentos
importantes de la visita. La misa en el Santuario de la Virgen de la Caridad en
El Cobre, que será la primera vez que un Papa celebra allí la Eucaristía, y la
mayor parte de los que allí estarán presentes exceptuando la delegación
oficial, los invitados, sacerdotes y obispos que vienen de otros lugares, la
prensa… serán los representantes de las pequeñas comunidades que no tienen
templo, surgidas de la evangelización y la misión de la propia iglesia local y
que son muchas en todas las diócesis cubanas, yo diría que es una nueva manera
de ser iglesia en Cuba hoy; se celebra la fe en las casas y la comunidad crece
alrededor de las piedras vivas que son sus miembros, los bautizados.
La iglesia cubana ha
percibido cómo debe ser el futuro evangelizador, que pasa a través de los
misioneros, de los pequeños grupos y comunidades, de las casas de oración.
Por eso queríamos que
representantes de estas pequeñas comunidades y de los misioneros que las han
animado en toda Cuba sean los que estén presentes en El Cobre. La selección ha
sido difícil, porque son muchas las personas que desearían y deberían estar… y
el espacio es reducido.
Pero creo que tendrá un
significado muy especial para todos celebrar esta misa en el Santuario del
Cobre, "La casa de todos los cubanos", presidida por el Santo Padre,
allí podrá encontrarse con esta nueva realidad de la Iglesia Cubana.
En El Cobre estarán
presentes un grupo niños enfermos de cáncer y sus familiares, que son
acompañados por personas de la parroquia del Cobre y del Arzobispado, para que
se sientan queridos y acompañados ese es el servicio que hace la iglesia,
además de la atención médica que reciben en los hospitales. El Papa se va a
reunir con ellos allí, y también con dos misioneras que han evangelizado por
años en silla de ruedas; estará un diácono que precisamente regresando de la
misión recibió una pedrada y quedó casi paralítico, un cristiano ejemplar que
continúa atendiendo a los presos, él no puede diaconar por las dificultades
locomotoras que tiene… En Cuba, Francisco no va a visitar ningún hospital,
ninguna prisión pero sí tendrá este encuentro cercano con el mundo del
sufrimiento y el dolor que es una realidad humana que nadie puede ignorar,
quisimos que fuera allí, en el Santuario, en la casa de la Madre, en la casa de
la Caridad, y, por tanto, ese servicio que él tanto destaca lo podrá realizar
allí.
Mons. Dionisio,
estadísticamente, ¿el número de personas que celebra su fe en estas nuevas
comunidades es alto?
En estos momentos este
número es casi igual que el de las personas que celebran su fe en las
comunidades, digamos, tradicionales, históricas o ya constituidas. Por eso es
que es tan importante. Con menos recursos humanos y materiales los misioneros
están llegando a lugares donde antes nunca habíamos estado de manera
sistemática.
Este fue uno de los retos o
prioridades del ENEC (Encuentro Nacional Eclesial Cubano); que la Iglesia fuera
misionera, que saliera de los templos y fuera allí donde no había templos,
donde no había presencia de Iglesia. Y este es el fruto de esos 25 años de
labor misionera, de esas comunidades han surgido nuevas parroquias que, a su
vez, se han convertido en nuevas parroquias misioneras.
¿Qué nos pudiera
decir del segundo momento en la Catedral de Santiago de Cuba, del encuentro con
las familias…?
Las dos celebraciones en
nuestra diócesis son de corto tiempo pero tienen un peso muy grande.
Para nosotros, los cubanos,
en cualquier encuesta que se haga, decimos que la familia es la estructura
social que más apreciamos. Cuando se pregunta de qué institución recibes mayor
ayuda, apoyo y afecto... de mi familia. ¿Cuál es la estructura social que tú
más defenderías?: La familia… Y, a la vez que se dice eso, cuando se pregunta,
dime ¿cuál es tu mayor preocupación, que pueden ser tantas? Responden
mayoritariamente: La familia. El cubano quiere que su familia esté unida,
quiere conservar la familia.
Lamentablemente, sabemos que
en la familia cubana el número de divorcios es grande, que muchos niños nacen
fuera del matrimonio o en uniones muy volátiles. Sin embargo, en la familia
extendida los lazos familiares no se rompen y, por lo tanto, las palabras del
Santo Padre animando la unidad familiar, que el matrimonio no es algo que se
hace a la ligera sino que es algo fundamental a la propia vida de la persona
porque Dios nos hizo así, hombre y mujer para que nos uniéramos y nos
multiplicáramos y pobláramos la tierra. Es por esto que deseamos tener este
encuentro con las familias.
Dos momentos claves y
claros: las pequeñas comunidades, que son el futuro de la iglesia, la
evangelización, la misión… y consolidar la familia.
Hablemos un poco
de aspectos prácticos de esta visita. En la diócesis poco ha habido que hacer
pues ya casi todo estaba ya desde la anterior visita. La casa donde pernoctó
Benedicto XVI es ya conocida por muchos como "la casa del Papa"…
¿Vivirá allí también el papa Francisco?
El Papa va a vivir en el
antiguo Seminario San Basilio Magno, el actual está en la ciudad de Santiago de
Cuba. Hace cuatro años se estaba construyendo allí una pequeña casa para los
sacerdotes mayores que se retiraban… estábamos en ese proceso cuando se anuncia
sorpresivamente que el papa Benedicto XVI viene a Cuba pues quiere peregrinar ante
la Virgen de la Caridad del Cobre por los 400 años de su hallazgo. Había que
buscar un lugar donde él pudiera dormir. Entonces, lo único que podíamos
ofrecer era esta casa que estábamos construyendo.
Haciendo un esfuerzo
grandísimo, en tres meses se logró terminar. Así, la casa para recibir a los
sacerdotes mayores, el primero que la utilizó fue el papa Benedicto. Allí tenía
su cuarto con una pequeña oficinita al lado, que después se convirtió en otro
cuarto. ¡Quién nos iba a decir entonces, que tres años después otro Papa
utilizaría nuevamente la casa!
Nosotros decíamos, no es la
casa del Papa, es la casa para los sacerdotes mayores, pero después de aquella
visita, y ahora que vendrá el papa Francisco y vivirá en la misma casa, ¿quién
podrá quitarle el nombre de la "Casa del Papa"?
En estos tres
años muchas cosas también han cambiado en las condiciones materiales de la Casa
de Retiro y Convivencias de El Cobre.
Sí, en este tiempo se
construyó "la Casa de los Jóvenes" con cuartos con literas y con una
buena capacidad; se rehabilitaron, además, unas decenas de habitaciones para
las personas y grupos que desean hacer retiros, convivencias, encuentros.
Es un lugar muy agradable,
ha quedado con condiciones modestas pero agradables y todos se van contentos
por cómo son recibidos y atendidos. El Cobre tiene, sin lugar a dudas, algo
especial y la Casa de Retiro transmite ese ambiente, permite que se viva en ese
clima de tranquilidad, de sosiego, de paz, de la cercanía del Santuario y de la
Virgen.
El papa Francisco se va a
sentir muy bien, pues es un lugar acogedor, sencillo y familiar. Será acogido
con mucho cariño como, honestamente, se recibe a todos los que allí van. Las
mismas personas que sirven y trabajan allí, las mismas cocineras serán las que
estarán allí para recibir al Papa. No se ha buscado a nadie más.
Y en el
Santuario…
El Santuario de Nuestra
Señora de la Caridad del Cobre se había reparado ya para el Año Jubilar del
2012, y solo ha habido que retocarlo un poco y prepararlo para esta celebración
con el Papa. Habrá una delegación oficial, habrá un gran número de concelebrantes,
y no es un Santuario tan grande, tiene una capacidad para unas 1.100 personas.
Nos estamos preparando pero, gracias a Dios, todo marcha bien y en tiempo.
El otro lugar en
nuestra diócesis que acogerá al papa Francisco es la Catedral, la SBMI Catedral
de Santiago de Cuba. Y todos estamos a la expectativa pues hace casi tres años
comenzó su proceso de restauración capital.
Efectivamente, hubiéramos
querido que estuviera terminada para el pasado 25 de julio, día de Santiago
Apóstol, en que la ciudad cumplía los 500 años de fundada, pero no pudo ser.
Diversos inconvenientes y demoras no lo hicieron posible, cuando se inicia una
obra de restauración se sabe cuándo comienza pero no cuándo termina, pues en el
transcurso de la obra van surgiendo nuevos trabajos con los que no se contaba.
Ahora para el Papa, no puedo
decir que estará terminada al 100%, pero sí acercándose. Luce muy hermosa y el
Santo Padre la "inaugurará", en cierta forma pues ya está consagrada
hace casi 200 años, pero será la primera celebración grande, ¡y qué
celebración!, después de la renovación capital que ha tenido la Catedral pues
han sido objeto de intervención su techo; la cúpula mayor se bajó hasta el
suelo y se restauró utilizando los mismos materiales, se revistió de cobre pues
estamos en una zona sísmica y el cobre es un material que soporta las
sacudidas… todo el templo ha sido restaurado.
El pueblo santiaguero está
contento con esta restauración. La Catedral ha adquirido una nueva dignidad en
el anillo más céntrico de la ciudad de Santiago de Cuba. Los colores exteriores
se le han dado respetando el color original; por dentro se hizo más clara… en
general todos los santiagueros estamos orgullosos de la Catedral.
Así que el Papa verá una
Catedral casi "nueva", y allí tendrá ese encuentro entrañable con las
familias.
¿Qué espera
Usted como Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, como
Arzobispo de Santiago de Cuba, como cristiano y cubano después de la visita del
papa Francisco?
Primero, no hemos querido
ver esta visita como un evento. Una visita apostólica del Santo Padre a una
iglesia particular siempre deja mucho: su magisterio, el encuentro con las
personas, la participación de los fieles y pueblo, en tantos contactos que se
hacen y que después perduran en el tiempo… pero no queríamos verla como un
evento que pasó, que tardamos cuatro meses en prepararla vino el Papa y después
qué. No, queremos que esta visita del papa Francisco se inserte en nuestra
pastoral.
Uno de los puntos claves de
nuestra pastoral es la misión y las comunidades, y esta visita ya nos está
ayudando a realizar estos dos aspectos. Los otros son: la familia y la
formación. Con la preparación, de hecho, ya se están realizando.
No podemos trabajar como
iglesia por eventos, que suceden, crean expectativa, y pasan. Hay que
trabajarlo como un proceso, como hicimos con el Año Jubilar Mariano, que tuvo
tres años de preparación, que animó y consolidó mucho a las comunidades
cristianas que se volcaron en él.
¿Qué espero? Espero que la
visita del Papa nos sirva para continuar nuestra labor evangelizadora y
misionera, el sujeto que realiza la misión es la iglesia, la comunidad
cristiana. Cuando una comunidad toma conciencia de su misión evangelizadora
podemos decir que es ya una comunidad consolidada. Lo constatamos con las
experiencias anteriores de las visitas de Juan Pablo II y Benedicto XVI, y con
la experiencia del Año Jubilar.
El papa Francisco llegará a
nuestra tierra como Misionero de la Misericordia, nuestro pueblo, todos,
necesitamos experimentar la Misericordia de Dios; tenemos muchas heridas que
sanar en todos los ámbitos de la vida, personales, sociales, familiares… muchas
familias divididas por tantas cosas, las separaciones, unos fuera del país
otros dentro, la separaciones por diferentes maneras de pensar… los cubanos
necesitamos experimentar la misericordia, el perdón, la reconciliación. Él nos
hablará de la Misericordia del Padre que entrega a su hijo para salvarnos, y
nos va a pedir que todos procuremos construir una patria mejor.
Una patria que esté
sustentada en la justicia, la fraternidad entre cubanos, basada en la
participación de todos, una patria común en la que nadie se sienta excluido. Y
para eso es necesario tener un corazón misericordioso, hace falta estar abierto
al perdón y a la disponibilidad de diálogo, que tengamos en cuenta siempre a
los que menos tienen a los más vulnerables de nuestra sociedad.
Seguro que esta invitación
formará parte de su mensaje, Dios derrama su Misericordia sobre nuestro pueblo
y nos hace responsables para que seamos misericordiosos con los demás.
Precisamente una de las acciones pastorales que hemos realizado es invitar a
vivir una pequeña frase que se comparte cada día, una frase que nos recuerda un
pequeño gesto de misericordia que podemos hacer durante el día…
Es pensar de manera utópica
que las leyes o el cumplimiento de las leyes pueden crear una sociedad
perfecta, no, porque a veces las leyes son ambivalentes, lo que cuenta es el
corazón. Con leyes solamente no se resuelven los problemas, hace falta que el
espíritu de la ley que es o debe ser buscar el bien de cada hombre sea lo que
prevalezca. Eso es lo que espero que el Papa nos traiga, que todo lo que
hagamos esté impregnado por la Misericordia de Dios y por nuestra acción
misericordiosa.
Reproducido de Martinoticias.
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