Matusalén en una vidriera de la catedral de Canterbury |
Matusalén, el viejo de los 969 años.
M. Arrizabalaga, ABC
Cuenta el libro del Génesis que Matusalén vivió
nada menos que 969 años antes de morir, superando en 604 días la edad de
su padre Enoc, todo un récord con el que se ha ganado merecidamente su lugar en
el dicho de «más viejo que Matusalén».
Hay quien ha atribuido el recuento bíblico de
los años a una confusión entre los ciclos lunares con los solares, por lo que
la edad real del patriarca bíblico sería de unos 72 años, admirable en todo
caso en unos tiempos con una esperanza de vida mucho menor. Pero en el Génesis
no parece haber confusión entre meses y años: «Y sucedió que en el año
seiscientos uno de Noé, en el mes primero...»
Tendencia
oriental a la hipérbole
Los Profesores de Salamanca en la biblia
comentada (BAC, tomo I, pág 122-125) explican que los
libros de la Biblia son orientales, que buscan impresionar a los lectores al
exponer una verdad, «de ahí que no podemos calibrar sus afirmaciones según el
módulo frío y preciso que caracteriza al genio greco-romano». Los orientales,
señalan, «tienen tendencia a la hipérbole y a desorbitar los números».
Por inverosímil que sea esta cronología
bíblica, aún lo es mucho más la de los reyes sumero-babilónicos, que cuentan
sus años por sares (1 sar=2.300 años), recuerdan los Profesores de Salamanca al
afirmar que en todas las antiguas genealogías, como la babilónica o la egipcia,
hay tendencia a atribuir una longevidad extraordinaria a los primeros hombres y en esto coinciden con la Biblia. «En la
tradición flotaban algunos nombres y tablas genealógicas y, consciente la
opinión popular de que los orígenes de la humanidad eran muy antiguos, la misma
imaginación popular fue alargando la
vida de los personajes conservados por la tradición de forma que llegaron hasta
el primer hombre», señala.
«La explicación más razonable es que el autor
sagrado se propuso rellenar con nombres
de personajes de carne y hueso el inmenso periodo que media entre Adán,
Noé y Abraham (...) y alarga los anillos de la cadena», concluyen en la Biblia
Comentada.
Carracuca
De Matusalén se sabe que según la Biblia vivió
969 años, pero ¿cuántos Carracuca? José María Iribarren señala que en su
acepción de persona vieja y achacosa, de individuo decrépito a quien la edad
impide hacer lo que querría, «deriva del uso que antaño tuvo la palabra
"carraco"». Cuenta el autor de «El porqué de los dichos» que en el
Hospital General de Madrid existió en el siglo XVIII una «sala de los carracos»
y cita al pintor cordobés Acisclo Antonio Palomino, que cuenta cómo en dicha
sala se atendía a «enfermos cuyo mal era la mucha edad» y los desahuciados por
los médicos.
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