Tres
entierros
La enterraron allí mismo, en el convento de
Alba de Tormes aunque antes de que se cumpliera el año se procedió a la primera
exhumación del cuerpo, que se encontró incorrupto. El padre Jerónimo Gracián procedió al rito de
amputarle una mano que llevó a las carmelitas de Ávila aunque sin el dedo
meñique que se quedó para él.
Tres años después del fallecimiento la Orden
de los Carmelitas Descalzos mandaron llevar el cuerpo a Ávila así que fue
exhumado el 25 de noviembre de 1585 y se trasladó el cuerpo incorrupto aunque
sin un brazo que se quedó en Alba de Tormes para compensar de la pérdida. La
decisión provocó el rechazo de los Duques de Alba, que echaron mano de su poder
para recuperar el cuerpo, según relata Nieves Concostrina en “Polvo
eres”, y lo lograron puesto que Sixto V ordenó el traslado de nuevo a Alba de
Tormes. En total se oficiaron tres entierros oficiales.
Su cuerpo aún incorrupto se encuentra hoy en
una capilla de la Iglesia de la anunciación de Nuestra Señora de Alba de
Tormes, custodiado por nueve llaves aunque despojado de muchas partes de su
anatomía. En Alba de Tormes se conservan sendos relicarios con el brazo
izquierdo y el corazón de la santa, un pie y parte de la mandíbula se encuentra
en Roma, la mano izquierda en Lisboa, un dedo en París, aunque la reliquia de
la santa que ha tenido una existencia más agitada ha sido la primera mano que
se le seccionó. Las carmelitas de Ronda conservan la célebre mano incorrupta de
Santa Teresa, que tras
la Guerra Civil fue a parar a manos de Francisco Franco y éste llevó consigo como un talismán hasta su
muerte. En su dormitorio del Palacio del Pardo hizo construir un altarcito para
venerar la reliquia.
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