La quema del año viejo
En
Nicaragua y otras naciones latinoamericanas se celebra el final de un año con
la “quema del año viejo”. Construyen grandes muñecos con ropa vieja, pólvora y
papel que se encienden a medianoche entre los dos años.
Celebrar
el comienzo de un año nuevo tiene una larga trayectoria en la historia humana.
Hace unos 4000 años el pueblo de Babilonia ya festejaba la llegada de un nuevo
año con grandes fiestas de primavera. Los judíos, al igual que otros pueblos
agrícolas, también celebraban su año nuevo durante la primavera, el primer día
de Nisán (a principios de abril).
Fue
Julio césar quien nos dio la fecha del uno de enero como el inicio de nuestro calendario.
En
1582 el Papa Gregorio XIII reformó el calendario para darnos el que actualmente
está en uso. No obstante, los cristianos continuaron celebrando el año nuevo en
primavera para evitar los excesos del “hombre viejo”. Hace 400 años la Iglesia
comenzó a celebrar el día uno de enero buscando cristianizarlo lo mejor
posible. Por eso en el calendario litúrgico este día está dedicado a María,
Madre de Dios.
Fray Gilberto Cavazos, OFM
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