Domingo de la Santísima Trinidad
Estás aquí, Señor.
Estás aquí, Señor.
Tu secreto, un
secreto a voces,
es el amor del
Padre,
con el Hijo y en el Espíritu.
Una familia que,
estando sentada en el cielo,
camina con los pies
de Cristo en la tierra.
Una conversación
que,
dándose en el cielo,
se escucha con nitidez
a través del Espíritu Santo.
Una mesa que,
asentándose en el cielo,
se prolonga en la
casa de todos aquellos
que cantan, creen,
viven y se asombran
ante el Misterio
Trinitario.
Estás aquí, Señor.
En el amor que se
comparte.
En la libertad que
nos hace libres.
En los lazos que
unen.
En el despliegue de
ternura
y de comprensión.
En la personalidad
de cada uno.
En el afán de buscar
puentes
y no divisiones,
estás aquí, Señor.
Javier Leoz, betania.es
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