Breve historia
de la Música cubana
(2ª parte)
Finales del Siglo XVIII y
el Siglo XIX
Por Aurelio de la Vega*
Ya al final del siglo dieciocho
esta mezcla musical hispano-africana produce una música bailable de poderosas
raíces populares que, dentro de la órbita social secular, lentamente desplaza a
las danzas europeas que habían constituido hasta entonces el entretenimiento
fundamental de la nueva y emergente burguesía criolla.
El compositor e investigador
cubano Carlo Borbolla (1902-1990) afirma que el básico, seminal y siempre
presente "tresillo cubano" (una semifusa, una fusa y otra semifusa,
que en realidad no son sino la primera mitad de un compás de dos por cuatro,
seguida ésta por dos fusas) apareció cuando los músicos populares interpretaban
erróneamente, desde un punto de vista rítmico, el tresillo europeo, el cual era
un enunciado rítmico de dos contra tres en cómputo de tiempo igual.
El siglo diecinueve es testigo de la rápida
evolución de esa música danzable rítmicamente
diferente de los modelos europeos, la cual ejerce una influencia decisiva en las
sofisticadas obras de piano de Saumell y de Ignacio Cervantes (1847-1905), así
como en la música fuertemente romántica de Nicolás Ruiz Espadero (1832-1890).
Es también durante este siglo diecinueve que Cuba produce sus primeros
instrumentistas de renombre internacional, del pianista José Manuel (Lico)
Jiménez (1855-1917) y de la pianista y compositora Cecilia Aritzi (1856-1930) a
los violinistas Claudio José Domingo Brindis de Salas (1852-1911) y José White
(1836-1912).
Jiménez, tras muchos viajes de
conciertos por todo el mundo, emigró a Alemania. Activo en la Corte de Weimar,
fue amigo de Liszt, se casó con una dama alemana y murió en Hamburgo, donde
está sepultado. White escribió obras de piano, para clavicordio y orquesta, y
para cuarteto de cuerdas, y su fama como compositor se asienta principalmente
en un excelente "Concierto para Violín y Orquesta" y en la siempre
popular "La Bella Cubana", para violín y piano, transcrita
posteriormente para voz y piano.
Desde un punto de vista
artístico-sociológico es importante hacer notar que Jiménez, Brindis de Salas y
White eran músicos mulatos y negros que tuvieron carreras nacionales e
internacionales triunfantes, lo cual atestigua con gran fuerza que sus pujantes
e importantes personalidades musicales lograron imponerse más allá de barreras
raciales y económicas.
Compositores cubanos del siglo
diecinueve que crearon obras aún bajo fuerte influencia europea son Gaspar
Villate (1851-1891) y Laureano Fuentes Matons (1825-1898), ambos autores de
óperas que seguían los patrones italianos y franceses, y algunas de cuyas
piezas fueron estrenadas en París y en Madrid; cabe mencionar a José Mauti
(1855-1937), autor de numerosas zarzuelas y de varias piezas sinfónicas, y a
Guillermo Tomás (1868-1937).
Tomás fue el único compositor
cubano de esa época cuya música exhibe una fuerte influencia alemana. Como
director de orquesta no sólo tocó a Wagner por primera vez en Cuba sino que
expuso a las audiencias cubanas, también por primera vez, a la música de
Richard Strauss -cuyo poema sinfónico "Así hablaba Zaratustra" fue
escuchado en La Habana sólo 13 años después de su estreno en Frankfurt
(ocurrido en 1896)- y a la música de Max Reger.
* (De
la Vega es un compositor cubano de amplia y reconocida trayectoria creativa y
profesional. Muchas de sus obras están editadas y grabadas comercialmente en
discos, y a partir de 1960 casi todas sus composiciones han sido comisionadas
por orquestas, grupos de cámara, instrumentistas y cantantes de reconocida fama
internacional, instituciones y mecenas. En la actualidad es Profesor Emérito
Distinguido del Sistema Estatal Universitario de California (Cal State). Su
ficha biográfica aparece en Contemporary Composers y en The New Grove
Dictionary of American Music).
Reproducido de:
www.contactomagazine.com
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