…Durante
décadas muchos fuimos educados en una doctrina que propugnaba la muerte de Dios
y pretendía crear un hombre nuevo sin Él. Varias de nuestras generaciones aún
llevan la marca de esta educación y viven como si Dios no existiera. Sin
embargo, paradójicamente, son religiosos, andan buscando algo que satisfaga sus
ansias de ser felices y que no encuentran ni en el tener, ni el placer, ni el
poder. Son como esas mariposas que atraídas y deslumbradas por la luz queman
sus alas en ella. Son devotos sinceros de la Virgen de la Caridad y lo pudimos
constatar al paso de su imagen por nuestra provincia, le llevan flores y le
hacen promesas, pero al mismo tiempo usan signos satánicos, como la cruz hacia
abajo a lo que llaman anticristo, sin saber lo que eso significa. Son víctimas
de una cultura materialista, hedonista y relativista, donde Dios es reemplazado
por el “Yo”. Dios desaparece y, como decía el Papa: “El hombre pierde su
dignidad y su auténtica humanidad”…
- De
la homilía de Mons. Mario Mestril Vega, Obispo de Ciego de Ávila, el pasado 8
de septiembre en la celebración del Cuarto Centenario de la aparición de la
imagen de la Virgen María de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba.
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