En aquel tiempo fue Jesús a su tierra en
compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la
sinagoga; la multitud que le oía se preguntaba asombrada: "¿De dónde saca
todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le han enseñado?...
Y
desconfiaban de él…
Mc. 6
Si por la puerta de mi vida entra el
sufrimiento,
la prueba que intenta debilitarme,
la contradicción que me desestabiliza,
la sin razón que intenta doblegarme,
que yo no te rechace, Señor.
Que sepa aceptar todo lo que Tú me
propones,
el amor, y no sólo acoja mis amores,
tu caridad, y no sólo
regale mis detalles
a cuentagotas
tu perdón, y no sólo
venda mi escasa
comprensión,
tu Palabra, y no sólo
escuche las que me
convienen
tu cruz, y no sólo la lleve a pequeños
trozos
tu Verdad, y no sólo defienda la mía
Ante la indiferencia,
yo proclame tu
presencia.
Ante el vacío,
yo lleve el contenido de tu
Gracia.
Ante el absurdo,
yo siembre el horizonte
de tu cielo.
Ante la confusión,
anuncie la clave de tu
reinado.
Que no me conforme con decir
que Tú eres
el Hijo de Dios.
Que no vea camino fácil el escuchar tu
evangelio.
Y que lo sepa gritar
por los cuatro
senderos de mi existencia.
Que no confunda mi altruismo con tu amor,
tu alegría con mi sonrisa,
tu entrega con
mi dedicación,
tu corazón con mis impulsos,
tu oración con
mi corta piedad,
que yo no te rechace, Señor.
Javier Leoz, betania.es
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