En los escondrijos de casa
Marlene María Pérez Mateo
Leí
hace unos días un comentario de Zoe Valdés, compartido por mí, en parte. Se refería a La
revista cubana “Carteles”. Muy
elogiosamente planteaba ella, pues el ya mencionado magazine le mostró esa historia
de Cuba que no se enseña en las escuelas. Mucho de cierto hay en ello. Yo tuve
la fortuna y aun la tengo de disponer de
muchas y más variadas fuentes de información, es decir
personas y objetos valiosos; muchos de ellos aun conmigo en su totalidad o en
su esencia. No por ello dejo atrás lo tan alto y justamente calibrado por la
laureada escritora.
“Carteles” ya no estaba en activo cuando llegamos al mundo los de mi
generación. Mas se había quedado en los armarios de las abuelas, escondida con
muchas de sus congéneres en las trastiendas de las casas, en fin en distintas
guaridas. Allí llegábamos con nuestras chiquilladas a husmear en ese mundo que
nos había antecedido y tratábamos de
dibujar en trazos al aire por medio de las huellas dejadas por un pretérito
silente en lo que clasificábamos bajo la parca definición de “revistas viejas'
o “las del tiempo de antes”.
Allí estaba “Carteles” con sus carátulas
de portadas a color, haciéndose eco de lo que a todas luces era un diseño
maestro y criollo en el mundo de la ilustración, envidiable hasta por
publicaciones que le sucedieron. Su fundación aconteció en septiembre de 1919
con una frecuencia mensual. Ocho años después pasó a ser semanal. En 1924 tras
una modificación de sus temáticas se consideró la mejor revista de la etapa
republicana. En sus páginas escribieron intelectuales de probado prestigio, por
ejemplo Alejo Carpentier, Emilio Roig de Lechesenring, Oscar H. y Conrado W.
Massaguer, Antonio Penichet, Mariablanca Sabas Alomá, Virgilio Piñeira, José
Soler Puig, entre otros.
Se
extendió su divulgación más allá del territorio nacional hacia 1950. En sus páginas
se retrató la Guerra Civil española, la Dictadura de Machado, el mundo
cinematográfico, la cultura, la economía con sus entresijos, la literatura, el
desnudo artístico, la corrupción, la moda, la sociedad, en resumen un poco de
todo. Tuvo dos suplementos: uno infantil y otro de novelas por entrega. La
revista calló su voz cuando dejo de publicarse el 31 julio de 1960.
Rebuscando para mi serie “A
los 400 años” encontré en “Carteles” una portada de homenaje y alusión a la
Virgen de La Caridad. Dicha ilustración hoy encabeza este artículo. Dijo un
viejo y sabio indio americano, “El Alce Negro”, que todo va en círculo, y es
ese círculo el que me ha llevado ahora
de una manera algo más sofisticada en manos de la cibernética a las
amarillentas páginas de la añeja publicación.
Antes
eran una novedad dentro de una mono temática, ahora lo siguen siendo de otra
manera. Es un querer decir de la valía de lo nuestro. De lo imperecedero
de lo realmente bueno. Martí escribió de un vino amargo pero propio. Yo me
atrevería a decir que quizás lo sea, pero que nuestro vino también ha sido
dulce, y muy dulce. Valdría pensar “-No
nos hemos dado cuenta.-”
Vaya
un poco de gratitud a los que hicieron posible la prensa plana cubana por tan
largos años, pasados, presentes y futuros. A los anónimos y a los conocidos.
Esencialmente a los que sin saberlo la preservaron del olvido en un desván, en
una esquina, en un cuarto soterrado o quién sabe dónde. Su esfuerzo merece el
mejor de los aplausos.
Marlene María Pérez Mateo
Fecha: Febrero 7, 2012
Anónimo Feb 11, 2012 08:32 AM
Tremenda revista "Carteles"! Siempre la preferí a "Bohemia", a la que consideraba muy manipuladora. Cada semana, lo primero que buscaba en Carteles era su sección de cine que escribía G.Caín (Guillermo Cabrera Infante)
Nicolas II
Anónimo Feb 11, 2012 06:24 PM
Gracias por el comentario. La Autora
Tremenda revista "Carteles"! Siempre la preferí a "Bohemia", a la que consideraba muy manipuladora. Cada semana, lo primero que buscaba en Carteles era su sección de cine que escribía G.Caín (Guillermo Cabrera Infante)
ResponderEliminarNicolás II
Gracias por el comentario. La Autora
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