A Chita
no le salen las cuentas
Los expertos ven altamente improbable, casi imposible, que un chimpancé viva 80 años. Se cree que un chimpancé medio vive entre 40 y 45 años en libertad, y unos 10 años más en cautividad. Es decir, 55 años en el mejor de los casos. En declaraciones a 'The New York Times' el Doctor Steve Ross, el director asistente en el Centro de Chicago Lester E. Fisher para el Estudio y Conservación de los monos, pone muy en duda que un chimpancé puede ir más allá de esta edad.
"Vivir en los 70 años es realmente empujar los límites de la biología del chimpancé. Ochenta ya es duro de tragar", afirma el experto que llega a la conclusión es "muy improbable" que un chimpancé que actuó en 1932, todavía esté vivo en 2011. En este punto el Dr. Steve Ross señala que el caso de un chimpancé más viejo documentado ronda los 70 años. Y eso en una hembra. En un macho, Keo, en el Lincoln Park Zoo de Chicago, solo sólo llegó hasta 53.
Según indicó la portavoz de la institución de Forida Debbie Cobb al diario 'The Tampa Tribune' el animal llegó al santuario Suncoast en torno a 1960 procedente de la finca de Weissmuller, también en Florida. Cobb sostiene que el chimpancé apareció en las cintas de Tarzán entre 1932 y 1934 y que tendría unos 80 años.
Pero ningún documento acredita la versión de esta institución: tienen la coarta perfecta. "Por desgracia hubo un incendio en 1995, en el que se perdió mucha documentación", se excusa Cobb. Una lástima.
Otras Chitas “freaks”
Lo cierto es que no es la primera Chita feak que sale a la palestra. En 2008 se nos vendió que la auténtica Chita tenía 75 años de edad y estaba retirada plácidamente en Palm Springs donde se dedicaba entre otras cosas a pintar cuadros que firmaban y, cómo no, se vendían a los admiradores. El mono (Jiggs era su nombre) fue agasajado, reconocido e incluso galardonado por el Libro Guinness de los Récords como el chimpancé más longevo del mundo. Pero una terrible incongruencia en su biografía dejó al descubierto que era un fraude. Su dueño decía haberlo comprado en Liberia en 1932 cuando solo era un bebé y desde allí lo llevó en avión hasta Hollywood en un avión de Pan Am. Los vuelos comerciales transatlánticos se iniciaron en 1939. Su identidad quedó desacreditada y el hueco dejado en la jungla lo aprovechó precisamente la institución de Florida y comenzó una agresiva campaña de marketing alegando que ellos tenían a la verdadera Chita. Pero su versión sobre el chimpancé también es más que rocambolesca. Si Tarzán levantará la cabeza... gritaría.
Reproducido de larazon.madrid
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