Apóstoles para el siglo XXI
La Jornada Mundial de la Juventud alcanzó ayer su
colofón con la misa de envío presidida por el Papa en el aeródromo
madrileño de Cuatro Vientos ante casi dos millones de personas, según
los organizadores, llegadas desde 200 países. En uno de los actos más
multitudinarios que se recuerdan en España y que superó a la numerosísima
asistencia de la vigilia de oración de la noche anterior, Benedicto XVI
instó a los jóvenes católicos a que cultiven su fe, no caigan en el
individualismo y se conviertan en protagonistas de la evangelización.
«Sed los apóstoles de Cristo en el siglo XXI y los mensajeros de su
alegría».
No pesaba en los
peregrinos la paliza que se habían dado durante el día y la noche
anteriores. Primero aguantaron durante horas el tremendo calor del
agosto madrileño para después, cuando por fin tuvieron frente a ellos al
Papa en la vigilia, sufrir la fuerte tormenta que se desató sobre
Cuatro Vientos. Por fortuna la lluvia dejó de caer tras alrededor de 30
minutos y los jóvenes pudieron dormir al raso o en tiendas de campaña
durante unas pocas horas. Por la mañana parecían vacunados contra el
cansancio. Reían y bromeaban mientras se desperezaban y esperaban la
llegada del Pontífice, al que recibieron con júbilo y energía.
«Os invito a fortalecer la fe y a poner a Cristo en el centro de vuestra vida», afirmó en su homilía el Pontífice, quien fue recibido a su llegada a la gigantesca explanada del aeródromo madrileño por los Reyes. «Permitidme que también os recuerde», dijo a los jóvenes, «que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario».
La fe hay que vivirla en comunidad, apoyándote en «tus hermanos». Por ello señaló la importancia de la «gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía». «No os guardéis a Cristo para vosotros mismos», dijo, invitando a la juventud a que dé «testimonio de la fe» siempre, incluso en los ambientes donde encuentren «rechazo o indiferencia». «A vosotros también os incumbe la extraordinaria tarea de ser discípulos y misioneros de Cristo».
El Papa fue muy didáctico durante su homilía en la misa de conclusión de la JMJ, concelebrada por 750 cardenales y obispos y 14.000 sacerdotes. Explicó que es la fe la que, más allá de los «simples datos empíricos o históricos», es capaz de «captar el misterio de la persona de Cristo en su profundidad».
En el rezo del Ángelus, Benedicto XVI mencionó a los jóvenes que esperan a los peregrinos a su regreso a sus países e instó a estos últimos a que les transmitan lo vivido durante estos seis días en Madrid. «Sed fermento de nuevos cristianos», les dijo.
«Os invito a fortalecer la fe y a poner a Cristo en el centro de vuestra vida», afirmó en su homilía el Pontífice, quien fue recibido a su llegada a la gigantesca explanada del aeródromo madrileño por los Reyes. «Permitidme que también os recuerde», dijo a los jóvenes, «que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario».
La fe hay que vivirla en comunidad, apoyándote en «tus hermanos». Por ello señaló la importancia de la «gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía». «No os guardéis a Cristo para vosotros mismos», dijo, invitando a la juventud a que dé «testimonio de la fe» siempre, incluso en los ambientes donde encuentren «rechazo o indiferencia». «A vosotros también os incumbe la extraordinaria tarea de ser discípulos y misioneros de Cristo».
El Papa fue muy didáctico durante su homilía en la misa de conclusión de la JMJ, concelebrada por 750 cardenales y obispos y 14.000 sacerdotes. Explicó que es la fe la que, más allá de los «simples datos empíricos o históricos», es capaz de «captar el misterio de la persona de Cristo en su profundidad».
En el rezo del Ángelus, Benedicto XVI mencionó a los jóvenes que esperan a los peregrinos a su regreso a sus países e instó a estos últimos a que les transmitan lo vivido durante estos seis días en Madrid. «Sed fermento de nuevos cristianos», les dijo.
Al final de la oración, el
Papa confirmó la sede de la próxima edición de la JMJ, que se celebrará
en 2013 en Río de Janeiro. El anuncio provocó la emoción de los miles de
peregrinos brasileños presentes en Cuatro Vientos. Varios de ellos se
encargaron de recoger la Cruz de la JMJ, que ahora viajará al país
iberoamericano.
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