Día Internacional
de la Mujer Trabajadora
de la Mujer Trabajadora
Ana Dolores García
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora se celebra actualmente el 8 de marzo en todos los países del mundo occidental y también en varios países de otras latitudes y etnias, para conmemorar la lucha por la participación plena de la mujer en la sociedad y por la igualdad de derechos respecto a los hombres..
Al hablar de los orígenes de esta lucha, normalmente nos referimos a sucesos acontecidos en los siglos XIX y XX, pero en realidad el movimiento feminista, como tal y aunque sin llamarse así, se hizo patente siglos atrás cuando, situada en la antigua Grecia, Lizístrata, aquel personaje de una comedia de Aristófanes, convocó a todas las esposas de soldados para iniciar una huelga de tipo sexual en protesta a las continuas guerras entre Atenas y Esparta. Bastantes siglos después, las mujeres de París aprovecharon el momento propicio creado por la Revolución Francesa para marchar hasta el palacio de Versalles a los gritos de «libertad, igualdad y fraternidad». Sin embargo, los hombres no estaban preparados todavía para concederles lo de la «igualdad».
Llegamos así al siglo XIX y al comienzo de otra revolución: la industrial. Aun así, existen contradicciones en cuanto al hecho que dio origen a este movimiento organizado de lucha femenina. Contradicciones no sólo en cuanto a los hechos, sino incluso a la fecha de los mismos.
Primero, analicemos estos hechos cronológicamente. En los Estados Unidos se celebró desde 1909 hasta 1913 el 19 de marzo un Women´s Day que más bien tenía carácter estrictamente nacional.
Fue en 1910, justamente hace cien años, que una reunión femenina, la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, proclamó en Copenhague el Día Internacional de la Mujer Trabajadora a propuesta de la dirigente comunista alemana Clara Zetkin. La conferencia, a la que asistieron mujeres de diecisiete países, aprobó la propuesta por unanimidad como reivindicación de los derechos de la mujer. Y un año después, en 1911, el 19 de marzo se celebró por primera vez en varios países de Europa el Día Internacional de la Mujer con la participación de más de un millón de mujeres. A los pocos días, el 25 de marzo de 1911, unas 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría de ellas inmigrantes, murieron a causa de un incendio en la fábrica en que laboraban en la ciudad de Nueva York.
La primera celebración de las mujeres rusas ocurrió el último domingo de febrero del año 1913, mientras que en el resto de Europa se siguió celebrando el 8 de marzo. En el año 1917, devastada Rusia por la Primera Guerra Mundial, sus mujeres iniciaron una huelga el último domingo de febrero para reclamar «pan y paz». El hecho disparó la vorágine de acontecimientos que estremeció a Rusia, y el Zar abdicó cuatro días después de iniciada esta huelga. El calendario juliano usado en Rusia marcó la fecha de su inicio como 23 de febrero, que corresponde al 8 de marzo en el calendario gregoriano.
Hay dos hechos ocurridos en Nueva York que anteceden a estas fechas y a los que, con fundamento o sin él, muchos consideran como el detonante que las provocó. Para otros, se trata solamente de desvirtuar el origen y carácter socialista y comunista de esta celebración, anteponiéndolo a la mitad del siglo XIX.
Isabel Álvarez González, en su libro publicado bajo el título Los orígenes y la celebración del Día Internacional de la Mujer, 1910-1945 (KRK-Ediciones, Oviedo, 1999), arguye que el incendio ya mencionado, que se vincula con la celebración de esta fecha, ocurrió el 25 de marzo de 1911 en la empresa Triangle Shirtwaist de Nueva York, pocos días antes de la celebración del primer Día Internacional de la Mujer. En este incendio murieron más de cien operarias, la mayor parte inmigrantes y, naturalmente, causó gran repercusión en la opinión pública de este país.
También hay autores que señalan varias manifestaciones huelguísticas de obreras textiles como causales indirectas del movimiento feminista, y aducen que tuvieron lugar en Nueva York en el año 1857. Otras fuentes sostienen estas huelgas se efectuaron a partir del 27 de septiembre de 1909, mientras que otros historiadores insisten en que comenzaron en noviembre de 1908, y que se prolongaron por más de trece semanas con la participación de más de 20,000 obreros, la mayoría mujeres. El 8 de marzo de 1909 se convocó una manifestación exigiendo, de nuevo, mejoras de condiciones para las mujeres emigradas y la abolición de la explotación infantil así como el derecho al voto de las mujeres.
Es indudable que la celebración del Día Internacional de la Mujer tiene un origen marcadamente comunista, particularmente en Europa, donde el socialismo se expandió fácilmente aupado por el triunfo de la revolución bolchevique, aunque las reivindicaciones que se plantearan fueran de toda justicia.
Cruzado ya el umbral del siglo XXI, queda mucho por hacer. En nuestros días se habla continuamente de «violencia de género» y de «machismo». Se abusa de los derechos de las mujeres en los trabajos, en los que comúnmente se les asignan sueldos menores a los que devengan los hombres. Y en las relaciones familiares suceden cosas aún peores.
Monseñor Francisco Gil Hellín, arzobispo de Burgos, nos recuerda en el mensaje enviado con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora:
«La fe cristiana profesa que Dios ha creado al hombre y a la mujer con la misma dignidad personal y con los mismos derechos, puesto que a ambos los hizo a imagen suya y los destinó a la misma herencia del Cielo. Jesucristo, por su parte, dignificó tanto a la mujer, tan menospreciada en aquella sociedad, que el primer testigo del trascendental hecho de su resurrección fue una mujer: María Magdalena. Otra mujer, la Virgen María, fue elevada a la dignidad incomparable de Madre suya.»
Ana Dolores García
Ilustración: Google
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora se celebra actualmente el 8 de marzo en todos los países del mundo occidental y también en varios países de otras latitudes y etnias, para conmemorar la lucha por la participación plena de la mujer en la sociedad y por la igualdad de derechos respecto a los hombres..
Al hablar de los orígenes de esta lucha, normalmente nos referimos a sucesos acontecidos en los siglos XIX y XX, pero en realidad el movimiento feminista, como tal y aunque sin llamarse así, se hizo patente siglos atrás cuando, situada en la antigua Grecia, Lizístrata, aquel personaje de una comedia de Aristófanes, convocó a todas las esposas de soldados para iniciar una huelga de tipo sexual en protesta a las continuas guerras entre Atenas y Esparta. Bastantes siglos después, las mujeres de París aprovecharon el momento propicio creado por la Revolución Francesa para marchar hasta el palacio de Versalles a los gritos de «libertad, igualdad y fraternidad». Sin embargo, los hombres no estaban preparados todavía para concederles lo de la «igualdad».
Llegamos así al siglo XIX y al comienzo de otra revolución: la industrial. Aun así, existen contradicciones en cuanto al hecho que dio origen a este movimiento organizado de lucha femenina. Contradicciones no sólo en cuanto a los hechos, sino incluso a la fecha de los mismos.
Primero, analicemos estos hechos cronológicamente. En los Estados Unidos se celebró desde 1909 hasta 1913 el 19 de marzo un Women´s Day que más bien tenía carácter estrictamente nacional.
Fue en 1910, justamente hace cien años, que una reunión femenina, la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, proclamó en Copenhague el Día Internacional de la Mujer Trabajadora a propuesta de la dirigente comunista alemana Clara Zetkin. La conferencia, a la que asistieron mujeres de diecisiete países, aprobó la propuesta por unanimidad como reivindicación de los derechos de la mujer. Y un año después, en 1911, el 19 de marzo se celebró por primera vez en varios países de Europa el Día Internacional de la Mujer con la participación de más de un millón de mujeres. A los pocos días, el 25 de marzo de 1911, unas 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría de ellas inmigrantes, murieron a causa de un incendio en la fábrica en que laboraban en la ciudad de Nueva York.
La primera celebración de las mujeres rusas ocurrió el último domingo de febrero del año 1913, mientras que en el resto de Europa se siguió celebrando el 8 de marzo. En el año 1917, devastada Rusia por la Primera Guerra Mundial, sus mujeres iniciaron una huelga el último domingo de febrero para reclamar «pan y paz». El hecho disparó la vorágine de acontecimientos que estremeció a Rusia, y el Zar abdicó cuatro días después de iniciada esta huelga. El calendario juliano usado en Rusia marcó la fecha de su inicio como 23 de febrero, que corresponde al 8 de marzo en el calendario gregoriano.
Hay dos hechos ocurridos en Nueva York que anteceden a estas fechas y a los que, con fundamento o sin él, muchos consideran como el detonante que las provocó. Para otros, se trata solamente de desvirtuar el origen y carácter socialista y comunista de esta celebración, anteponiéndolo a la mitad del siglo XIX.
Isabel Álvarez González, en su libro publicado bajo el título Los orígenes y la celebración del Día Internacional de la Mujer, 1910-1945 (KRK-Ediciones, Oviedo, 1999), arguye que el incendio ya mencionado, que se vincula con la celebración de esta fecha, ocurrió el 25 de marzo de 1911 en la empresa Triangle Shirtwaist de Nueva York, pocos días antes de la celebración del primer Día Internacional de la Mujer. En este incendio murieron más de cien operarias, la mayor parte inmigrantes y, naturalmente, causó gran repercusión en la opinión pública de este país.
También hay autores que señalan varias manifestaciones huelguísticas de obreras textiles como causales indirectas del movimiento feminista, y aducen que tuvieron lugar en Nueva York en el año 1857. Otras fuentes sostienen estas huelgas se efectuaron a partir del 27 de septiembre de 1909, mientras que otros historiadores insisten en que comenzaron en noviembre de 1908, y que se prolongaron por más de trece semanas con la participación de más de 20,000 obreros, la mayoría mujeres. El 8 de marzo de 1909 se convocó una manifestación exigiendo, de nuevo, mejoras de condiciones para las mujeres emigradas y la abolición de la explotación infantil así como el derecho al voto de las mujeres.
Es indudable que la celebración del Día Internacional de la Mujer tiene un origen marcadamente comunista, particularmente en Europa, donde el socialismo se expandió fácilmente aupado por el triunfo de la revolución bolchevique, aunque las reivindicaciones que se plantearan fueran de toda justicia.
Cruzado ya el umbral del siglo XXI, queda mucho por hacer. En nuestros días se habla continuamente de «violencia de género» y de «machismo». Se abusa de los derechos de las mujeres en los trabajos, en los que comúnmente se les asignan sueldos menores a los que devengan los hombres. Y en las relaciones familiares suceden cosas aún peores.
Monseñor Francisco Gil Hellín, arzobispo de Burgos, nos recuerda en el mensaje enviado con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora:
«La fe cristiana profesa que Dios ha creado al hombre y a la mujer con la misma dignidad personal y con los mismos derechos, puesto que a ambos los hizo a imagen suya y los destinó a la misma herencia del Cielo. Jesucristo, por su parte, dignificó tanto a la mujer, tan menospreciada en aquella sociedad, que el primer testigo del trascendental hecho de su resurrección fue una mujer: María Magdalena. Otra mujer, la Virgen María, fue elevada a la dignidad incomparable de Madre suya.»
Ana Dolores García
Ilustración: Google
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