Reflexión
Has venido por mi, Señor,
para que, viéndote, te ame y me fíe de Ti.
Para que, amándote,
ame y me confíe a los que me necesiten.
Has venido por mí, Señor;
y te doy las gracias y te bendigo
y te glorifico y te busco
y, buscándote, pido que reines en mí,
para que, siendo Tú el Rey de mi vida,
no me rinda en las batallas de cada día
ni me eche atrás a la hora de defenderte
ni oculte mi rostro
cuando, a mi puerta, llamen los dramas humanos.
Has venido por mí, Señor
Para que mis dolores, siguiéndote
se sientan aliviados por tu presencia.
Para que mis pecados, llorando ante Ti,
sean perdonados por tu mano misericordiosa.
¡Has venido, por mí, Señor!
¡Gracias Señor!
Javier Leoz, Betania.es
Ilustración, óleo de Irina Shutova de Parra
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