PISTO MANCHEGO
El pisto manchego, también conocido simplemente como pisto, es un plato tradicional de la cocina española que consiste en una fritada de diversas verduras de composición variable, posiblemente aquellas más accesibles. El sobrenombre de manchego procede de La Mancha, aunque se puede ver preparado a lo largo de casi todo el territorio español.
En un principio algunos autores asocian la palabra "pisto" etimológicamente a pistare, que significa jugo de carne de ave (caldo de gallina), y así era en la cocina española en el siglo XVII. Con la incorporación progresiva del tomate y del pimiento proveniente de las Indias el plato se transforma.
En su origen, el plato posiblemente fuera cocinado por los campesinos de La Mancha al aire libre con los productos de sus huertas. El pisto auténtico sólo lleva pimientos verdes y rojos, tomates y un poco de calabacín, pero las verduras empleadas suelen variar enormemente dependiendo de la zona, de la temporada y de los gustos locales, etc. No obstante se puede decir que siempre lleva tomate y pimiento, y que es frecuente que lleve además cebolla, ajo, calabacín, etc.
Todos estos ingredientes deberán estar cortados en pequeños dados de no más de medio centímetro. Las verduras se van pochando sucesivamente en una sartén con aceite de oliva y cuando están listos se dejan reposar durante media hora. La mayoría de las recetas aconsejan el orden siguiente: primero la cebolla y el pimiento, y cuando ablandan van el calabacín y por último los tomates. Se puede sustituir el calabacín por la berenjena. Si a un pisto se le añade berenjena se denominará entonces Ratatuille o pisto con berenjenas.
Es un plato tan popular que puede encontrarse en casi cualquier supermercado de España en envases de vidrio, aunque también existe de lata. Se suele servir frío o caliente, según la costumbre, generalmente acompañado de huevos fritos o por algún embutido, especialmente longanizas, en una caracteristica cazuela de barro. A veces se sirve como tapa cubierto con algunos pedacitos de jamón. Es habitual encontrarse este plato más en las épocas de verano que de invierno, debido a la estacionalidad de sus ingredientes.
A veces le agregan papas, pero en realidad los vegetales suelen variar mucho de acuerdo a la zona, a la época o estación y también a los gustos de cada región, etc.
Lo que sí es seguro es que hay dos ingredientes que no pueden faltar en este plato tradicional, que son el tomate y el pimiento dulce.
La receta
(Para 6 personas)
1 Kg. de tomates maduros o 1 kilo de tomate triturado, en lata.
1 pimiento rojo
1 pimiento verde
2 clabacines o una berenjena
1 cebolla
Aceite de oliva
sal
Se pica la cebolla, se lavan los pimientos y se les corta la parte superior con un cuchillo para eliminar las semillas. Se vuelven a lavar para que el interior quede completamente libre de semillas y se pican en pedazos pequeños
Se calienta en una sartén ¼ taza de aceite de oliva. Se añaden los pimientos y la cebolla y se “pochan” a fuego lento, dándoles vuelta de vez en cuando para que no se quemen y se hagan bien.
Con anterioridad se han preparado los tomates, pelándolos y picándolos en pedazos muy pequeños, que se agregan a la sartén donde se están sofriendo los pimientos y la cebolla y están aún a medio hacer. Si desea rebajar la acidez de los tomates puede agregar una pizca de azúcar.
Se pone otra sartén a fuego lento con un poco de aceite, y se vierten en ella los calabacines picados en dados revolviendo de vez en cuando. Los calabacines requieren menos tiempo y por ello se deben pochar separados de los pimientos y la cebolla. Una vez comprobado que los tres ingredientes están listos se unen en una sola sartén.
Es importante que ambas sartenes estén a fuego lento. De lo contrario los ingredientes se freirán demasiado, cuando en realidad deben quedar tiernos.
Se sigue sofriendo todo durante algunos minutos, revolviendo de vez en cuando. Se deja reposar por un buen rato para que se impregnen los sabores.
Fuentes: wikipedia y web
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