16 de octubre de 2010

MINEROS, ¿ÚNICOS ATRAPADOS?

- Lecciones de los mineros atrapados en Chile

- Cada dos días saboreaban dos cucharadas de atún y medio vaso de leche. Pasaron sus primeros diecisiete días con tan sólo esa alimentación, atrapados a 700 metros de profundidad, sin contacto alguno con familiares o compañeros mineros ubicados en la superficie. Estaban sumidos en una oscuridad apenas perturbada por los focos de sus cascos. 

¿Qué lección nos dejan estos hombres cuya odisea terminó más de dos meses después, para completar cerca de tres, a esa profundidad?

A la escasez de alimentos se sumó una temperatura de 30 grados centígrados, una humedad del 88%, cartones para amortiguar el piso de piedra al dormir, angustia ante la incomunicación con el exterior y la incertidumbre sobre su futuro. ¿Cómo reaccionarías tú si estuvieras en esa cavidad en tan difíciles circunstancias? 

Desde que ocurrió el accidente acordaron enfrentar juntos el reto por vivir. Aprovecharon al máximo lo que cada uno sabía y puso al servicio de los demás. Decidieron ayudarse sin egoísmos, establecieron rutinas para sobrellevar el inevitable deterioro de su salud física y mental. 

Se organizaron como un verdadero equipo. En lugar de lamentarse por los pocos recursos fueron extremadamente creativos e inteligentes para usar bien los disponibles. Incluso confeccionaron un juego de dominó con pequeños papeles.

¡Solidaridad, normas de convivencia, disciplina, liderazgo, una ilusión compartida! Cada uno asumió la responsabilidad de cuidarse a sí mismo y al compañero. La tolerancia ante la tensión, el humor ante la angustia, y la esperanza ante la incertidumbre se consolidaron en la determinación de estos luchadores. 

Su objetivo era vivir y la estrategia estar unidos y trabajar para facilitar el rescate. Más de dos meses pusieron a prueba su cordura para superar comprensibles crisis en esta situación límite. El 22 de agosto, comunicaron al mundo: «Estamos bien en el refugio los 33». Chile festejó y todos celebramos que se concretara el primer contacto con ellos.

“Allá abajo” ellos han dado lo mejor de sí mismos y triunfarán. Sus actitudes son ejemplares, no salieron de esa profundidad como compañeros, sino como hermanos. No se quejan, se animan; no se recriminan, se apoyan. Son el equipo ideal.

En cambio, “aquí arriba” y con tantos recursos, hay personas que se comportan atrapadas por prejuicios, individualismo, indiferencia y avaricias. Nos encerramos en nuestras mentes, escondiéndonos de quienes necesitan o nos necesitan, sumidos en la oscuridad a pleno sol. 

¿Quiénes estarán más tiempo atrapados? ¿Los mineros o los prisioneros de su pensamiento y de su egoísmo? 

Autor anónimo. Está circulando profusamente por la web. Remitido por Lucy Noy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario